24/09/2017, 10:39
Cuando logró bajar por fin dio con la anciana que había chillado, sin embargo se encontraba bien a pesar del semblante asustado que traía. No parecía haber sufrido una agresión o algún tipo de hurto. Su dedo señalaba a una alcantarilla, y cuando los ojos violáceos de la joven se dirigieron al lugar, lo encontraron extrañamente mojado, más no había llovido últimamente.
—E-estaba ahí, y de repente… de repente… ¡Ninja tenía que ser!
«Vaya por Shiona-sama...»
Sabía que había sido Chokichi, no sabía de sus habilidades, lo único que había escuchado era que los Hozuki eran buenos en la manipulación del agua, así que seguramente tenía que ser él.
—No se preocupe señora, déjamelo a mí —alegó la joven mientras se acercaba a la alcantarilla.
La reja se encontraba como normalmente debería estar, así que el desgraciado de aquel Hozuki se había colado entre ella; una pista más que añadir a la colección. Tomó los barrotes e intentó forcejear un poco pero con su fuerza y ninguna técnica para romper cosas difícilmente veía que pudiera deshacer el cierre de aquel lugar. Bufó molesta y se retiró el cabello húmedo por el sudor de la frente. «Se me escapa...»
—Eh, tú —dijo con voz envenenada la kunoichi —. ¿Por casualidad no serías capaz de romper esto?
Había visto y escuchado cosas de aquel chico ya que había participado en el torneo —más que nada por su nombre, no había muchos Yotas por el Valle —, sabía que no había reconocido al chico hasta verle aquella noche, pero si eran el mismo... Podía llegar a ser útil.
—E-estaba ahí, y de repente… de repente… ¡Ninja tenía que ser!
«Vaya por Shiona-sama...»
Sabía que había sido Chokichi, no sabía de sus habilidades, lo único que había escuchado era que los Hozuki eran buenos en la manipulación del agua, así que seguramente tenía que ser él.
—No se preocupe señora, déjamelo a mí —alegó la joven mientras se acercaba a la alcantarilla.
La reja se encontraba como normalmente debería estar, así que el desgraciado de aquel Hozuki se había colado entre ella; una pista más que añadir a la colección. Tomó los barrotes e intentó forcejear un poco pero con su fuerza y ninguna técnica para romper cosas difícilmente veía que pudiera deshacer el cierre de aquel lugar. Bufó molesta y se retiró el cabello húmedo por el sudor de la frente. «Se me escapa...»
—Eh, tú —dijo con voz envenenada la kunoichi —. ¿Por casualidad no serías capaz de romper esto?
Había visto y escuchado cosas de aquel chico ya que había participado en el torneo —más que nada por su nombre, no había muchos Yotas por el Valle —, sabía que no había reconocido al chico hasta verle aquella noche, pero si eran el mismo... Podía llegar a ser útil.