24/09/2017, 21:09
Al final la playera no haría falta, Akame se las arregló para mandar lejos a quien sea que estuviese al otro lado de la puerta y con eso se aseguraban algo de privacidad, al menos eso pareció indicar lo que el rubio dijo al otro lado de la puerta. Cosa que Koko no escuchó y seguía estando nerviosa a pesar de todo.
No logró tranquilizarse hasta que el dueño de la habitación se le acercó y se tumbó a un lado suyo, boca abajo, cosa que le dio lugar a la rubia de ubicarse por encima suyo para sentarse sobre el trasero ajeno y comenzar a masajearle con suma delicadeza la espalda. No era muy buena con ello, pero tenía algo de práctica.
Lamentablemente se le dio por hablar de una forma un tanto desagradable, al menos así le resultó.
—No es muy bonito de escuchar, ¿sabes? —le dijo seriamente sin interrumpir el masaje.
Al menos, no lo interrumpió por el comentario del shinobi, pero si lo hizo al sentir aquella peste inundando la habitación.
—¿Te…?—¿Cagaste? Era lo que concluiría la pregunta.
Pero estando ella sentada sobre el trasero del Uchiha tendría que haberse dado cuenta si lo hubiese hecho, por ende, idea descartada al instante. ¿Entonces? Por la ventana no podía entrar semejante peste porque estaba cerrado. La única posibilidad estaba en…
—¿Se han cagado en tu puerta? —preguntó incrédula, bajándose de encima del genin.
Podría abrir la puerta para comprobarlo, pero ella en sí no debería de estar allí así que…
—¿Quieres que vayamos a mi habitación?
Allí al menos no debería llegar la peste a mierda.
No logró tranquilizarse hasta que el dueño de la habitación se le acercó y se tumbó a un lado suyo, boca abajo, cosa que le dio lugar a la rubia de ubicarse por encima suyo para sentarse sobre el trasero ajeno y comenzar a masajearle con suma delicadeza la espalda. No era muy buena con ello, pero tenía algo de práctica.
Lamentablemente se le dio por hablar de una forma un tanto desagradable, al menos así le resultó.
—No es muy bonito de escuchar, ¿sabes? —le dijo seriamente sin interrumpir el masaje.
Al menos, no lo interrumpió por el comentario del shinobi, pero si lo hizo al sentir aquella peste inundando la habitación.
—¿Te…?—¿Cagaste? Era lo que concluiría la pregunta.
Pero estando ella sentada sobre el trasero del Uchiha tendría que haberse dado cuenta si lo hubiese hecho, por ende, idea descartada al instante. ¿Entonces? Por la ventana no podía entrar semejante peste porque estaba cerrado. La única posibilidad estaba en…
—¿Se han cagado en tu puerta? —preguntó incrédula, bajándose de encima del genin.
Podría abrir la puerta para comprobarlo, pero ella en sí no debería de estar allí así que…
—¿Quieres que vayamos a mi habitación?
Allí al menos no debería llegar la peste a mierda.