25/09/2017, 13:25
Akame soltó un suspiro de alivio. Por fin había sido capaz de encontrar a alguien que entendía realmente lo que estaba pasando. Claro, después de ver el cuadro al completo, Daruu tuvo que concordar con su análisis sobre la catadura moral de El Intrépido. Sin embargo, también le dio un consejo que Akame tuvo que aceptar, encogiéndose ligeramente por la vergüenza que le producía no haber pensado en eso él mismo.
—Ti... Tienes razón —respondió, claramente nervioso—. Fui descuidado.
Luego el Amedama le confesó sus propios amoríos, aunque aseguró ir "más despacio". «¿Cómo que más despacio? ¿Qué se está pensando? ¿Acaso...?» El Uchiha saltó de la barandilla de repente, alzando ambas manos en gesto exculpatorio.
—¡Eh, eh, eh! ¡Que no hemos hecho nada de eso! —aseguró, visiblemente avergonzado como atestiguaba el color rojo de sus mejillas.
Luego volvió a sentarse y reparó en un detalle.
—¿Ayame? ¿Aotsuki Ayame, de Amegakure?
—Ti... Tienes razón —respondió, claramente nervioso—. Fui descuidado.
Luego el Amedama le confesó sus propios amoríos, aunque aseguró ir "más despacio". «¿Cómo que más despacio? ¿Qué se está pensando? ¿Acaso...?» El Uchiha saltó de la barandilla de repente, alzando ambas manos en gesto exculpatorio.
—¡Eh, eh, eh! ¡Que no hemos hecho nada de eso! —aseguró, visiblemente avergonzado como atestiguaba el color rojo de sus mejillas.
Luego volvió a sentarse y reparó en un detalle.
—¿Ayame? ¿Aotsuki Ayame, de Amegakure?