25/09/2017, 13:30
«¡AY MI MADRE!»
Akame creyó que se le iba a salir el corazón por la boca cuando la kunoichi emitió un suave gemido, claramente de placer. «¡Ahí está! ¡Eres un maldito genio, Uchiha Akame!», se felicitó para sí. Claro, él también estaba excitado igual que Koko —pudiera ser que no tanto—, y visto el éxito de su última maniobra, no planeó detenerse ahí.
Ella le frenó. Akame compuso una mueca extraña; «¿tener hijos?» Era la segunda vez que Koko hacía alusión a aquello. «¿Quizás piensa que...? Oh, por todos los dioses...» Incluso él, que era el más novato de entre los novatos, sabía que era posible tener sexo sin quedarse embarazada. De lo contrario Oonindo tendría como diez veces su población actual.
—No te preocupes por eso... Koko-san —respondió, mientras acercaba sus dientes a la boca de ella para morderle la lengua ligeramente, y luego daba otro bocado al carnoso labio inferior de la kunoichi.
Mientras, su mano exploradora seguiría toqueteando la parte más íntima de Koko, buscando incrementar el placer que era capaz de sentir. Así lo haría hasta que ella le pidiera que parase o tuviera que echarse un cubo de agua helada encima.
Akame creyó que se le iba a salir el corazón por la boca cuando la kunoichi emitió un suave gemido, claramente de placer. «¡Ahí está! ¡Eres un maldito genio, Uchiha Akame!», se felicitó para sí. Claro, él también estaba excitado igual que Koko —pudiera ser que no tanto—, y visto el éxito de su última maniobra, no planeó detenerse ahí.
Ella le frenó. Akame compuso una mueca extraña; «¿tener hijos?» Era la segunda vez que Koko hacía alusión a aquello. «¿Quizás piensa que...? Oh, por todos los dioses...» Incluso él, que era el más novato de entre los novatos, sabía que era posible tener sexo sin quedarse embarazada. De lo contrario Oonindo tendría como diez veces su población actual.
—No te preocupes por eso... Koko-san —respondió, mientras acercaba sus dientes a la boca de ella para morderle la lengua ligeramente, y luego daba otro bocado al carnoso labio inferior de la kunoichi.
Mientras, su mano exploradora seguiría toqueteando la parte más íntima de Koko, buscando incrementar el placer que era capaz de sentir. Así lo haría hasta que ella le pidiera que parase o tuviera que echarse un cubo de agua helada encima.