25/09/2017, 23:48
Lo que estaba sintiendo era algo completamente distinto de lo que jamás había experimentado. Era raro, principalmente porque se lo estaba provocando un simple toqueteo en una zona particular de su cuerpo que —hasta el día de la fecha— supuso que no sería útil para nada más que para ciertas necesidades básicas o dar a luz a un bebé. Nunca algo más, menos algo tan placentero como aquello que estaba experimentando y poco a poco iba nublando el juicio de la kunoichi.
—¿Sí? —preguntó con los ojos entrecerrados y vista perdida en los ojos ajenos.
Se dejó hacer a pesar de todo. Las suaves mordidas que le dedicaron en lengua y labio casi le significaron una especie de invitación, invitación a invadir la cavidad oral de aquel que estaba encima suya con su lengua, básicamente buscando el encuentro con la ajena en un intercambio de saliva.
Ella al menos no tenía idea de lo que hacer, sentía el calor aumentando en todo su cuerpo, algo más en la zona de la pelvis donde Akame no paraba de tocar y acariciar, pero… ¿Debería hacer algo más? ¿Tendría que ver con el bulto que había sentido más de una vez contra ella? Tal vez lo averiguaría si deslizaba una mano hasta allí.
Muy lentamente, sin dejar de buscar la lengua del Uchiha con la propia, se las arregló para deslizar una mano hasta el vientre del shinobi y la deslizó suavemente hacia abajo, hasta dar con el pantalón donde… Ya no sabía si debía de seguir o no. Era extraño, principalmente porque tenía en mente que ese tipo de acto en realidad se hacía para concebir a un niño.
«Confía en él, por dios »se decía mientras aún era capaz de razonar.
Finalmente lo hizo, la kunoichi metió la mano dentro del pantalón del mayor, en busca de aquello que múltiples veces había sentido presionándose contra su propia intimidad.
—¿Sí? —preguntó con los ojos entrecerrados y vista perdida en los ojos ajenos.
Se dejó hacer a pesar de todo. Las suaves mordidas que le dedicaron en lengua y labio casi le significaron una especie de invitación, invitación a invadir la cavidad oral de aquel que estaba encima suya con su lengua, básicamente buscando el encuentro con la ajena en un intercambio de saliva.
Ella al menos no tenía idea de lo que hacer, sentía el calor aumentando en todo su cuerpo, algo más en la zona de la pelvis donde Akame no paraba de tocar y acariciar, pero… ¿Debería hacer algo más? ¿Tendría que ver con el bulto que había sentido más de una vez contra ella? Tal vez lo averiguaría si deslizaba una mano hasta allí.
Muy lentamente, sin dejar de buscar la lengua del Uchiha con la propia, se las arregló para deslizar una mano hasta el vientre del shinobi y la deslizó suavemente hacia abajo, hasta dar con el pantalón donde… Ya no sabía si debía de seguir o no. Era extraño, principalmente porque tenía en mente que ese tipo de acto en realidad se hacía para concebir a un niño.
«Confía en él, por dios »se decía mientras aún era capaz de razonar.
Finalmente lo hizo, la kunoichi metió la mano dentro del pantalón del mayor, en busca de aquello que múltiples veces había sentido presionándose contra su propia intimidad.