26/09/2017, 22:26
Daruu disfrutó de su pizza a una celeridad superior que el resto de comensales le dedicaron a sus respectivos platos. por eso, cuando ya llevaba la mitad en tan sólo unos minutos, se obligó a frenar y atendió a la conversación que cursaba a su alrededor.
Zetsuo le preguntó a Ayame si se había interesado por las ilusiones. «Vaya que si se ha interesado, sí señor.». Hablaba con impaciencia, y a decir verdad, a Daruu no le gustó nada cómo se había referido a su propia hija. Pero cuando Ayame le contestó, parecía complacido.
Era ese tipo de padre.
Daruu respiró hondo y... miró a Zetsuo. Lo miró a los ojos hasta que el hombre se dignara a clavar sus dos puñales turquesas en él. Entonces pensó, alto y claro.
«Necesito hablar con usted, Zetsuo-dono. A solas.»
Luego, bajó la mirada, cogió un nuevo trozo de pizza con piña y le dio un bocado.
—¿Cómo se está portando mi Daruucín en el equipo, Kori-kun? —preguntó Kiroe.
«¿¡Cuándo me va a dejar de llamar así!?». Daruu mordió con furia su trozo de pizza y tiró de él, rumiando el bocado como una vaca.
Zetsuo le preguntó a Ayame si se había interesado por las ilusiones. «Vaya que si se ha interesado, sí señor.». Hablaba con impaciencia, y a decir verdad, a Daruu no le gustó nada cómo se había referido a su propia hija. Pero cuando Ayame le contestó, parecía complacido.
Era ese tipo de padre.
Daruu respiró hondo y... miró a Zetsuo. Lo miró a los ojos hasta que el hombre se dignara a clavar sus dos puñales turquesas en él. Entonces pensó, alto y claro.
«Necesito hablar con usted, Zetsuo-dono. A solas.»
Luego, bajó la mirada, cogió un nuevo trozo de pizza con piña y le dio un bocado.
—¿Cómo se está portando mi Daruucín en el equipo, Kori-kun? —preguntó Kiroe.
«¿¡Cuándo me va a dejar de llamar así!?». Daruu mordió con furia su trozo de pizza y tiró de él, rumiando el bocado como una vaca.