27/09/2017, 11:31
La pared vibró. El aire se hizo más denso, y como si tuviera que hacer más fuerza para respirarlo, a Daruu le entró flato. Sintió la necesidad de cubrirse la cabeza con las manos, y así lo hizo. En el cuarto de baño de al lado, una mujer ahogó un grito y salió corriendo.
—¡Ahhhh, un terremoto, un terremoto!
Mucho más lejos, en una mesa del comedor, Kiroe levantó la cabeza un instante, como si hubiera sentido algo.
—¡¿Por qué?! ¡¿Desde cuándo?!
—El por qué, no lo sé... —balbuceó Daruu. Levantó la vista y miró a Zetsuo directamente a los ojos, para que pudiese leer a través de él. A través de todo—. El cuándo... Quizás cuando me salvó la vida. Ese pudo ser un buen momento. Pero no estoy seguro siquiera yo.
»Sentía que tenía que decírselo antes de que se tuviese que enterar usted de otra manera. Zetsuo-dono. —Reverencia.
—¡Ahhhh, un terremoto, un terremoto!
Mucho más lejos, en una mesa del comedor, Kiroe levantó la cabeza un instante, como si hubiera sentido algo.
—¡¿Por qué?! ¡¿Desde cuándo?!
—El por qué, no lo sé... —balbuceó Daruu. Levantó la vista y miró a Zetsuo directamente a los ojos, para que pudiese leer a través de él. A través de todo—. El cuándo... Quizás cuando me salvó la vida. Ese pudo ser un buen momento. Pero no estoy seguro siquiera yo.
»Sentía que tenía que decírselo antes de que se tuviese que enterar usted de otra manera. Zetsuo-dono. —Reverencia.