27/09/2017, 16:37
(Última modificación: 27/09/2017, 19:29 por Uchiha Akame.
Razón: No me había restado la píldora de soldado XD
)
Tal y como el Sharingan de Akame había previsto, en una sinfonía de poder y clarividencia, el brazo hipermusculado de la amejin pasó por al lado suya. El impulso que llevaba su contrincante le dio suficiente tiempo al Uchiha para apartarse, formando un sello, y disparar una auténtica bala de gran calibre formada por chakra Katon a bocajarro contra ella. «Veamos ese jutsu tuyo...»
Así fue. Ante la mirada del Uchiha —complacida— y la de gran parte del público —atónita—, Ayame estalló en una explosión de agua hirviente que dejó un considerable charco en el suelo. De la propia agua aquella muchacha se reformó, surgiendo despacio, como si estuviese saliendo de una piscina. Primero la cabeza, luego el torso y el resto del cuerpo. «Impresionante, sin duda». La técnica de descomposición en agua de Ayame era, sin lugar a equívoco, idéntica a la de Kaido.
Pero, igual que él, a pesar de que su figura no lucía marcas o daños algunos, ella sí parecía cansada. Dolorida. Y su chakra era más débil. Akame torció los labios en lo que podría ser una sonrisa muy breve cuando la amejin recobró su determinación, sólo un instante después de estar a punto de derrumbarse. «Va a luchar hasta el final», entendió él.
Ayame sacó dos shuriken de su portaobjetos y se dio media vuelta, lanzándolos rápidamente hacia el Haijinbunshin. El Sharingan de Akame le reveló que la trayectoria de las estrellas metálicas no era suficiententemente precisa —ni de lejos— para acertar a su clon. «¿El cansancio ha hecho mella en ella...?»
Entonces algo impactó contra el pecho del Haijinbunshin, y los shuriken empezaron a enredarse en su cuerpo a gran velocidad; «¿un hilo? Ya veo... Buena jugada», concedió el Uchiha. Cuando las estrellas metálicas se clavaron en el torso del clon, éste compuso una mueca que quería decir "mierda", y el sello explosivo que Akame le había pegado en la espalda momentos antes detonó.
Pese a la violenta explosión, que arrancó algunos "OOOOoooh" entre el público, Akame no tenía ojos más que para su rival. La chica avanzó un par de pasos rápidos haciendo sellos; una secuencia que el Sharingan del Uchiha no tardó en desencriptar mientras sus propias manos se movían también a gran velocidad y sus pies retrocedían un par de pasos para mantener una distancia apropiada con su rival. Ambos ejecutaron sus técnicas casi al unísono.
—¡Suiton! ¡Mizurappa! —dijo Ayame.
—¡Suiton! ¡Suikōdan no Jutsu! —respondió él.
Los jutsus acuáticos colisionaron con violencia. Por el lado de la amejin, un torrente informe de agua a presión. Por parte del Uchiha, un poderoso tiburón de agua que engulló sin piedad a la técnica de su rival, mucho más débil. El Suiton de Akame devoró literalmente al de Ayame, alimentándose de su propio chakra para embestir a la muchacha con una brutalidad redoblada.
Luego el uzujin metió la mano en su portaobjetos y sacó una píldora negra que engulló con voracidad.
Así fue. Ante la mirada del Uchiha —complacida— y la de gran parte del público —atónita—, Ayame estalló en una explosión de agua hirviente que dejó un considerable charco en el suelo. De la propia agua aquella muchacha se reformó, surgiendo despacio, como si estuviese saliendo de una piscina. Primero la cabeza, luego el torso y el resto del cuerpo. «Impresionante, sin duda». La técnica de descomposición en agua de Ayame era, sin lugar a equívoco, idéntica a la de Kaido.
Pero, igual que él, a pesar de que su figura no lucía marcas o daños algunos, ella sí parecía cansada. Dolorida. Y su chakra era más débil. Akame torció los labios en lo que podría ser una sonrisa muy breve cuando la amejin recobró su determinación, sólo un instante después de estar a punto de derrumbarse. «Va a luchar hasta el final», entendió él.
Ayame sacó dos shuriken de su portaobjetos y se dio media vuelta, lanzándolos rápidamente hacia el Haijinbunshin. El Sharingan de Akame le reveló que la trayectoria de las estrellas metálicas no era suficiententemente precisa —ni de lejos— para acertar a su clon. «¿El cansancio ha hecho mella en ella...?»
Entonces algo impactó contra el pecho del Haijinbunshin, y los shuriken empezaron a enredarse en su cuerpo a gran velocidad; «¿un hilo? Ya veo... Buena jugada», concedió el Uchiha. Cuando las estrellas metálicas se clavaron en el torso del clon, éste compuso una mueca que quería decir "mierda", y el sello explosivo que Akame le había pegado en la espalda momentos antes detonó.
Pese a la violenta explosión, que arrancó algunos "OOOOoooh" entre el público, Akame no tenía ojos más que para su rival. La chica avanzó un par de pasos rápidos haciendo sellos; una secuencia que el Sharingan del Uchiha no tardó en desencriptar mientras sus propias manos se movían también a gran velocidad y sus pies retrocedían un par de pasos para mantener una distancia apropiada con su rival. Ambos ejecutaron sus técnicas casi al unísono.
—¡Suiton! ¡Mizurappa! —dijo Ayame.
—¡Suiton! ¡Suikōdan no Jutsu! —respondió él.
Los jutsus acuáticos colisionaron con violencia. Por el lado de la amejin, un torrente informe de agua a presión. Por parte del Uchiha, un poderoso tiburón de agua que engulló sin piedad a la técnica de su rival, mucho más débil. El Suiton de Akame devoró literalmente al de Ayame, alimentándose de su propio chakra para embestir a la muchacha con una brutalidad redoblada.
Luego el uzujin metió la mano en su portaobjetos y sacó una píldora negra que engulló con voracidad.