27/09/2017, 19:28
(Última modificación: 27/09/2017, 19:33 por Uchiha Akame.)
El agua que saltó del cuerpo de Ayame cuando la hoja del Uchiha lamió su costillar empapó a Akame, desde la mano derecha hasta el mismo hombro. Incluso algunas gotas cayeron en su rostro, imperturbable, cuyos ojos rojos como la sangre que la amejin era incapaz de verter observaban a su rival con avidez.
«¿Se rendirá ahora?»
Akame se mantuvo inmóvil, con su espada todavía apuntando a la muchacha. Ella respondió a sus palabras y pensamientos entre sollozos, cruzando las manos delante del cuerpo.
«¿Todavía quiere seguir peleando?»
El chakra de la Aotsuki fluyó por todo su cuerpo en dirección a su espalda de una forma que Akame identificó vagamente como el jutsu de hipermusculación que ella había usado al principio del combate. «Sea lo que sea, no te dejaré usarlo, Aotsuki-san...» La amejin estaba haciendo gala de una perseverancia admirable, pero estaba agotada y dolorida, maltrecha después de los numerosos ataques recibidos. No era lo suficientemente rápida.
Antes de que Ayame pudiera ejecutar su técnica de agua, el Uchiha giró sobre sus talones y descargó un feroz corte vertical que recorrería la espalda de su contrincante de abajo a arriba. Desde la zona lumbar hasta la nuca, en diagonal, de izquierda a derecha. Luego bajó el ninjatō haciendo el mismo recorrido.
Si sus cálculos eran correctos y dado el estado de la kunoichi, aquello debía de ser más que suficiente para desestabilizar su concentración e impedirla ejecutar aquel jutsu... Y quizás, seguir en pie.
«¿Se rendirá ahora?»
Akame se mantuvo inmóvil, con su espada todavía apuntando a la muchacha. Ella respondió a sus palabras y pensamientos entre sollozos, cruzando las manos delante del cuerpo.
«¿Todavía quiere seguir peleando?»
El chakra de la Aotsuki fluyó por todo su cuerpo en dirección a su espalda de una forma que Akame identificó vagamente como el jutsu de hipermusculación que ella había usado al principio del combate. «Sea lo que sea, no te dejaré usarlo, Aotsuki-san...» La amejin estaba haciendo gala de una perseverancia admirable, pero estaba agotada y dolorida, maltrecha después de los numerosos ataques recibidos. No era lo suficientemente rápida.
Antes de que Ayame pudiera ejecutar su técnica de agua, el Uchiha giró sobre sus talones y descargó un feroz corte vertical que recorrería la espalda de su contrincante de abajo a arriba. Desde la zona lumbar hasta la nuca, en diagonal, de izquierda a derecha. Luego bajó el ninjatō haciendo el mismo recorrido.
Si sus cálculos eran correctos y dado el estado de la kunoichi, aquello debía de ser más que suficiente para desestabilizar su concentración e impedirla ejecutar aquel jutsu... Y quizás, seguir en pie.