28/09/2017, 11:26
Pese a que había intentado animar a Ayame, la muchacha no parecía dar su brazo a torcer. Daruu, triste, volvió a retirarse un poco y quedó en el otro extremo, mirando de nuevo por su ventana. Las montañas del paso que daba entrada a los Dojos se alejaron, y ahora sólo había bosque. Sintió un alivio por dentro bastante difícil de describir.
«Tanto tiempo ahí dentro, sin poder salir... Es como volver a respirar un poco de libertad», pensó Daruu. Pero sabía que no podría decir que había respirado la auténtica libertad hasta que no volviera a sentir la lluvia y el viento de Amegakure moviendo y mojando su cabello. «Es curioso», pensó, «porque odio que se me moje el pelo excepto si es con la lluvia. Supongo que soy un amejin de pies a cabeza, ¿eh?»
—¿Vas a estar así hasta el resto de tus días, niña? —intervino Zetsuo, de pronto. Daruu observó a Ayame de nuevo un momento. Allí, decaída como una hoja de lechuga pocha.
Intercambió una mirada con Zetsuo. Los ojos de los dos brillaron un momento, y Daruu sonrió con malicia. Había encontrado la excusa perfecta para que la muchacha se olvidase del Torneo.
—¿Sabes? Voy a entrenar Genjutsu con Zetsuo-san, Ayame —dijo—. Así no volverás a volver a atacarme con ellos así.
»Me esforzaré para ser el más fuerte de Ame.
Kiroe observó a los dos, incrédula. Kori les miró también, con interés.
—¿Esto va en serio? ¿Zetsuo?
—Sí. —Zetsuo se limitó a pronunciar el monosílabo y a asentir. No le quitaba el ojo de encima a Ayame.
«Tanto tiempo ahí dentro, sin poder salir... Es como volver a respirar un poco de libertad», pensó Daruu. Pero sabía que no podría decir que había respirado la auténtica libertad hasta que no volviera a sentir la lluvia y el viento de Amegakure moviendo y mojando su cabello. «Es curioso», pensó, «porque odio que se me moje el pelo excepto si es con la lluvia. Supongo que soy un amejin de pies a cabeza, ¿eh?»
—¿Vas a estar así hasta el resto de tus días, niña? —intervino Zetsuo, de pronto. Daruu observó a Ayame de nuevo un momento. Allí, decaída como una hoja de lechuga pocha.
Intercambió una mirada con Zetsuo. Los ojos de los dos brillaron un momento, y Daruu sonrió con malicia. Había encontrado la excusa perfecta para que la muchacha se olvidase del Torneo.
—¿Sabes? Voy a entrenar Genjutsu con Zetsuo-san, Ayame —dijo—. Así no volverás a volver a atacarme con ellos así.
»Me esforzaré para ser el más fuerte de Ame.
Kiroe observó a los dos, incrédula. Kori les miró también, con interés.
—¿Esto va en serio? ¿Zetsuo?
—Sí. —Zetsuo se limitó a pronunciar el monosílabo y a asentir. No le quitaba el ojo de encima a Ayame.