29/09/2017, 11:52
Zetsuo también tenía qué comentar para con Ayame, sin embargo, el hombre, como de costumbre, sólo tenía palabras duras para su hija. Podía entender cómo, dada la naturaleza de cervatillo asustado y acomplejado de Ayame, aquellas palabras podían llegar a dolerle. Pero en el fondo, sabía que Zetsuo sólo era un tipo seco, sin filtros. Todo lo que decía, lo decía por su bien. Y lo peor de todo, es que Daruu opinaba que tenía toda la razón.
—Si te sirve de consejo, Ayame, yo creo que cualquier duelo que comience con el Sello de la Confrontación ya incluye que podamos atacarnos hasta que el otro se rinda o de por acabado el combate. Mientras tanto, creo que todos haremos lo que podamos para engañar al rival —dijo Daruu—. Al fin y al cabo, somos ninjas.
»Sé que nuestra pelea no acabó todo lo... cordial que podía haberlo hecho. Pero cuando me hiciste el Genjutsu, yo no me había rendido. Yo no había dicho que el combate se había acabado. Tú mostraste compasión por mí, y entonces volví a atacarte. En ese momento, cuando yo estaba aterrorizado, podrías haberme atacado.
Suspiró, se cruzó de brazos y apartó la mirada. Chasqueó la lengua con fastidio.
—Podrías haberme ganado.
Kiroe observó con elocuencia a su hijo durante unos instantes.
—No te reconozco, Daruu —dijo, despacio—. ¿Desde cuando te importa tanto ganar?
—Tengo una deuda que saldar.
—Recuerda lo que te dije aquella vez en Yukio, Daruu —advirtió Kori entonces. Daruu lo miró, y el Hielo penetró en su mirada y congeló todos sus fuegos internos.
—Lo... lo recuerdo, sensei.
—Bien.
—Si te sirve de consejo, Ayame, yo creo que cualquier duelo que comience con el Sello de la Confrontación ya incluye que podamos atacarnos hasta que el otro se rinda o de por acabado el combate. Mientras tanto, creo que todos haremos lo que podamos para engañar al rival —dijo Daruu—. Al fin y al cabo, somos ninjas.
»Sé que nuestra pelea no acabó todo lo... cordial que podía haberlo hecho. Pero cuando me hiciste el Genjutsu, yo no me había rendido. Yo no había dicho que el combate se había acabado. Tú mostraste compasión por mí, y entonces volví a atacarte. En ese momento, cuando yo estaba aterrorizado, podrías haberme atacado.
Suspiró, se cruzó de brazos y apartó la mirada. Chasqueó la lengua con fastidio.
—Podrías haberme ganado.
Kiroe observó con elocuencia a su hijo durante unos instantes.
—No te reconozco, Daruu —dijo, despacio—. ¿Desde cuando te importa tanto ganar?
—Tengo una deuda que saldar.
—Recuerda lo que te dije aquella vez en Yukio, Daruu —advirtió Kori entonces. Daruu lo miró, y el Hielo penetró en su mirada y congeló todos sus fuegos internos.
—Lo... lo recuerdo, sensei.
—Bien.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)