30/09/2017, 19:14
La sonrisa en la cara de Akame se esfumó tan pronto como Koko mencionó de qué se trataba aquel asunto importante del que quería hablar. «Esa rata... ¿También la ha envenenado a ella?», pensó el Uchiha con rabia. Notaba como un volcán abrasador estaba a punto de hacer erupción en su estómago, de modo que cerró los ojos y respiró despacio. Koko no se lo estaba tomando a broma por lo que, tal vez, significara algo para ella.
—Es un idiota y lo sabes, pero seguimos siendo compañeros...
—Por suerte para él —apostilló el gennin.
Akame se revolvió en su asiento, incómodo. Con los días la furia asesina incontrolable que había dominado cada uno de sus pensamientos se iba disipando —especialmente en presencia de la Kageyama—, pero eso no significaba que fuese ni mucho menos a perdonar la ofensa que Datsue había hecho sobre la memoria de su difunto amigo.
—¿Y por qué debería perdonarle?
—Es un idiota y lo sabes, pero seguimos siendo compañeros...
—Por suerte para él —apostilló el gennin.
Akame se revolvió en su asiento, incómodo. Con los días la furia asesina incontrolable que había dominado cada uno de sus pensamientos se iba disipando —especialmente en presencia de la Kageyama—, pero eso no significaba que fuese ni mucho menos a perdonar la ofensa que Datsue había hecho sobre la memoria de su difunto amigo.
—¿Y por qué debería perdonarle?