30/09/2017, 22:25
(Última modificación: 30/09/2017, 22:29 por Eikyuu Juro.)
Sin embargo, Yota repelió facilmente su aura de positivismo con un discurso emotivo y triste donde descargó todo su dolor sobre ellos, como una nube de tormenta a punto de soltar un chaparrón.
—Lo siento si no soy una agradable compañía, pero no puedo irme contento de aquí. No es por el chunnin, el examen me da igual, aún tengo opciones de conseguir mi entrada allí. Esto va más allá...Veamos... Vinimos aquí para demostrar que Kusagakure es fuerte, nos recomendaron entre los mejores, se supone que somos lo mejor de la nueva generación de ninjas de la aldea, ¿Y qué logramos?Daigo tuvo la mala suerte de vérselas con Amedama Daruu, poseedor del Byakugan. Tuviste mala suerte, amigo, yo también pelee con él y me dio una buena. Yo te eliminé, Juro, no me siento orgulloso de ello, ¿Vale? Pero lo hice. Creía en mí y no hice más que fallar en la semifinal al ser apalizado por... .Aotsuki Ayame... Hemos decepcionado a Kenzou-sama y a Kusagakure, ¿Lo entendéis? A mi no me basta con ser un buen ninja, yo quiero más, quiero que cuando me vean pasar por Kusagakure la gente a la que juramos proteger se sienta orgullosa, me gustaría elogiaros por vuestros logros y me gustaría hinchar mi pecho por los míos. sin embargo, nos vamos con el rabo entre las piernas. Quiero que Kenzou-sama se sienta orgulloso de sus ninjas. Hay mucho por hacer.
« En parte, tiene razón. Somos débiles. Tú mismo lo sabes. Uchiha Akame. Aoutsuki Ayame. Ellos son fuertes y lo seguirán siendo. Tú nunca podrás alcanzarles » — le susurró una voz en su conciencia.
Juro torció un poco el gesto, en una mueca. Yota estaba consiguiendo que una parte de él — una parte que estaba tratando de ignorar, a decir verdad — surgiese. La misma que se había sentido acomplejada en la final al ver aquel despliegue de poder, o al ver como Yota perdía contra aquella kunoichi.
Sin embargo, esta vez fue Daigo el que le salvó. Mientras Juro se debatía entre sentarse a un lado y esperar a morir como parecía estar haciendo su compañero o mantener un positivismo falso, él habló.
—Oye...Lo de Daruu no ha sido mala suerte. Él ha ganado porque es fuerte y... y yo no, todavía no...Así que hagámonos fuertes juntos; mucho más que Daruu, o Ayame, o cualquier otro ninja de cualquier otra aldea; cumplamos más misiones que nadie y hagamos que Kenzou-sama se sienta orgulloso. ¡Hagamos que el siguiente torneo pertenezca a Kusagakure!
Juro lo escuchó atentamente también, como si tratase de recordar algo que había olvidado. Una profunda sensación de nostalgia le inundó al escucharle.
« Oye... ¿Por qué no intentarlo? »
La capa de nubes que parecía impedir que Juro viese bien se fue disolviendo, poco a poco. Gen, en sus brazos, le miraba, casi enfadado. Juro se tendría que disculpar con él. Había dudado de si mismo y de su marioneta.
— Venga Yota, tú no eres de los que se rinden fácilmente — murmuró Juro. Ya no sonreía ni mostraba alegría, pero tampoco estaba triste. Su tono era neutro —. Tienes razón, no hemos ganado. Quizá incluso hemos avergonzado a nuestro Kage. Pero yo no creo eso. Claro que a Kenzou-sama le habría encantado que ganaramos, eso es indiscutible. Pero dudo mucho que esa fuese su única finalidad. Lo dude al principio, pero ahora lo tengo claro. Él quiere que aprendamos, Yota. Que mejoremos. Nos escogio por algo sí, pero por muy buenos que seamos entre los genins, el camino que nos queda es indiscutible. Y puede que pensase que esto nos ayudaría a mejorar. Hemos ganado y perdido peleas. Pero la experiencia que hemos ganado es algo única. Nunca antes habíamos peleado delante de tanta gente ni nos habíamos relacionado con tantos ninjas de otras aldeas. Esto es un punto de inflexión en nosotros. Hemos cambiado, de alguna forma.
Tomó aire y trató de no sonar muy melodramático.
— Creo que ha merecido la pena, aunque no lo consiguiéramos. Hemos visto nuestras limitaciones y a los que son más fuertes que nosotros. Daigo tiene razón. Ahora tenemos que superarlos.
—Lo siento si no soy una agradable compañía, pero no puedo irme contento de aquí. No es por el chunnin, el examen me da igual, aún tengo opciones de conseguir mi entrada allí. Esto va más allá...Veamos... Vinimos aquí para demostrar que Kusagakure es fuerte, nos recomendaron entre los mejores, se supone que somos lo mejor de la nueva generación de ninjas de la aldea, ¿Y qué logramos?Daigo tuvo la mala suerte de vérselas con Amedama Daruu, poseedor del Byakugan. Tuviste mala suerte, amigo, yo también pelee con él y me dio una buena. Yo te eliminé, Juro, no me siento orgulloso de ello, ¿Vale? Pero lo hice. Creía en mí y no hice más que fallar en la semifinal al ser apalizado por... .Aotsuki Ayame... Hemos decepcionado a Kenzou-sama y a Kusagakure, ¿Lo entendéis? A mi no me basta con ser un buen ninja, yo quiero más, quiero que cuando me vean pasar por Kusagakure la gente a la que juramos proteger se sienta orgullosa, me gustaría elogiaros por vuestros logros y me gustaría hinchar mi pecho por los míos. sin embargo, nos vamos con el rabo entre las piernas. Quiero que Kenzou-sama se sienta orgulloso de sus ninjas. Hay mucho por hacer.
« En parte, tiene razón. Somos débiles. Tú mismo lo sabes. Uchiha Akame. Aoutsuki Ayame. Ellos son fuertes y lo seguirán siendo. Tú nunca podrás alcanzarles » — le susurró una voz en su conciencia.
Juro torció un poco el gesto, en una mueca. Yota estaba consiguiendo que una parte de él — una parte que estaba tratando de ignorar, a decir verdad — surgiese. La misma que se había sentido acomplejada en la final al ver aquel despliegue de poder, o al ver como Yota perdía contra aquella kunoichi.
Sin embargo, esta vez fue Daigo el que le salvó. Mientras Juro se debatía entre sentarse a un lado y esperar a morir como parecía estar haciendo su compañero o mantener un positivismo falso, él habló.
—Oye...Lo de Daruu no ha sido mala suerte. Él ha ganado porque es fuerte y... y yo no, todavía no...Así que hagámonos fuertes juntos; mucho más que Daruu, o Ayame, o cualquier otro ninja de cualquier otra aldea; cumplamos más misiones que nadie y hagamos que Kenzou-sama se sienta orgulloso. ¡Hagamos que el siguiente torneo pertenezca a Kusagakure!
Juro lo escuchó atentamente también, como si tratase de recordar algo que había olvidado. Una profunda sensación de nostalgia le inundó al escucharle.
« Oye... ¿Por qué no intentarlo? »
La capa de nubes que parecía impedir que Juro viese bien se fue disolviendo, poco a poco. Gen, en sus brazos, le miraba, casi enfadado. Juro se tendría que disculpar con él. Había dudado de si mismo y de su marioneta.
— Venga Yota, tú no eres de los que se rinden fácilmente — murmuró Juro. Ya no sonreía ni mostraba alegría, pero tampoco estaba triste. Su tono era neutro —. Tienes razón, no hemos ganado. Quizá incluso hemos avergonzado a nuestro Kage. Pero yo no creo eso. Claro que a Kenzou-sama le habría encantado que ganaramos, eso es indiscutible. Pero dudo mucho que esa fuese su única finalidad. Lo dude al principio, pero ahora lo tengo claro. Él quiere que aprendamos, Yota. Que mejoremos. Nos escogio por algo sí, pero por muy buenos que seamos entre los genins, el camino que nos queda es indiscutible. Y puede que pensase que esto nos ayudaría a mejorar. Hemos ganado y perdido peleas. Pero la experiencia que hemos ganado es algo única. Nunca antes habíamos peleado delante de tanta gente ni nos habíamos relacionado con tantos ninjas de otras aldeas. Esto es un punto de inflexión en nosotros. Hemos cambiado, de alguna forma.
Tomó aire y trató de no sonar muy melodramático.
— Creo que ha merecido la pena, aunque no lo consiguiéramos. Hemos visto nuestras limitaciones y a los que son más fuertes que nosotros. Daigo tiene razón. Ahora tenemos que superarlos.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60