1/10/2017, 19:00
El Uchiha estaba taciturno, inusitadamente taciturno.
Había viajado al Valle de los Dojos con Akame, y había vuelto solo. Había ido con amigos —o colegas, al menos—, y había regresado sin ninguno. Había creído conquistar el corazón de una amejin, que a los días parecía haberse olvidado hasta de su existencia. Había saboreado la gloria que solo un estadio abarrotado podía brindar, para luego perder —o más bien empatar, aunque venía siendo lo mismo— en la siguiente ronda. Había creado una revista que podía llegar a ser, perfectamente, de las más vendidas en el mes, pero a su vez aquello le había traído consecuencias que no había previsto… o que no pensaba que le iban a afectar como lo habían hecho. Ninguna de aquellas cosas por separado le hubiesen entristecido más que por unas horas o días, pero juntas…
… Juntas habían conseguido que Datsue, el ninja más holgazán de Uzushiogakure no Sato, decidiese reforzar su taijutsu.
El taijutsu era una de las ramas del jutsu más pesadas para Datsue. Implicaba esfuerzo físico, sudor, dolor, a veces hasta sangre… y las mejoras tardaban tiempo en verse. Pero ya que todavía no había podido localizar a Chokichi —con quien tenía que hablar urgentemente, antes de que cumpliese su promesa de publicar la revista por su cuenta—, decidió que nada mejor que aquello para descargar tanta energía negativa.
Cuál sería su sorpresa, sin embargo, que tras saltar la valla del recinto se encontrase, a lo lejos, con una cara conocida. En el Valle de los Dojos, no había reunido valor suficiente para ir a verle tras el incidente de la revista. En su lugar, había pedido a Koko que fuese ella primero quien limase asperezas. No sabía si había cumplido con su petición o no, pero supuso que ya no había marcha atrás.
Con paso decidido —o al menos, aparentando estarlo— recortó la distancia que los separaba.
—Akame —soltó sin más, a modo de saludo. Se sentía extraño. En otras circunstancias, el Uchiha hubiese felicitado a su compañero por haber ganado el Torneo con una efusividad desmedida. Incluso hubiese tratado de celebrarle una fiesta sorpresa, juntando a todos sus compañeros de promoción. En su lugar, tan solo le salió:—. Felicidades por haber ganado el Torneo. Dejaste a Uzu en lo más alto —adelantó la mano de forma cortés, esperando a que Akame se la estrechase…
Había viajado al Valle de los Dojos con Akame, y había vuelto solo. Había ido con amigos —o colegas, al menos—, y había regresado sin ninguno. Había creído conquistar el corazón de una amejin, que a los días parecía haberse olvidado hasta de su existencia. Había saboreado la gloria que solo un estadio abarrotado podía brindar, para luego perder —o más bien empatar, aunque venía siendo lo mismo— en la siguiente ronda. Había creado una revista que podía llegar a ser, perfectamente, de las más vendidas en el mes, pero a su vez aquello le había traído consecuencias que no había previsto… o que no pensaba que le iban a afectar como lo habían hecho. Ninguna de aquellas cosas por separado le hubiesen entristecido más que por unas horas o días, pero juntas…
… Juntas habían conseguido que Datsue, el ninja más holgazán de Uzushiogakure no Sato, decidiese reforzar su taijutsu.
El taijutsu era una de las ramas del jutsu más pesadas para Datsue. Implicaba esfuerzo físico, sudor, dolor, a veces hasta sangre… y las mejoras tardaban tiempo en verse. Pero ya que todavía no había podido localizar a Chokichi —con quien tenía que hablar urgentemente, antes de que cumpliese su promesa de publicar la revista por su cuenta—, decidió que nada mejor que aquello para descargar tanta energía negativa.
Cuál sería su sorpresa, sin embargo, que tras saltar la valla del recinto se encontrase, a lo lejos, con una cara conocida. En el Valle de los Dojos, no había reunido valor suficiente para ir a verle tras el incidente de la revista. En su lugar, había pedido a Koko que fuese ella primero quien limase asperezas. No sabía si había cumplido con su petición o no, pero supuso que ya no había marcha atrás.
Con paso decidido —o al menos, aparentando estarlo— recortó la distancia que los separaba.
—Akame —soltó sin más, a modo de saludo. Se sentía extraño. En otras circunstancias, el Uchiha hubiese felicitado a su compañero por haber ganado el Torneo con una efusividad desmedida. Incluso hubiese tratado de celebrarle una fiesta sorpresa, juntando a todos sus compañeros de promoción. En su lugar, tan solo le salió:—. Felicidades por haber ganado el Torneo. Dejaste a Uzu en lo más alto —adelantó la mano de forma cortés, esperando a que Akame se la estrechase…
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado