3/10/2017, 18:03
Datsue retrocedió instintivamente un paso cuando Akame se dio la vuelta, revolviéndose como una serpiente venenosa a punto de atacar. En un acto reflejo, el sharingan de Datsue salió también a la luz, dejando entrever que su nivel era todavía inferior: tan solo había dos aspas adornando su pupila.
Pero aquella vez, Akame no atacó con los puños, sino con palabras. Nunca le había visto así. Tan fuera de sí. Tan descontrolado. Sus pullas eran como saetas directas a su pecho, y al contrario que otras veces, lograron penetrar la armadura que había construido, hacía muchos años, a su alrededor. Y aquello le enfureció. ¿Desde cuándo le afectaban a él las palabras? Había hecho de todo, le habían dicho de todo. ¿Por qué con Akame no le entraba por un oído y le salía por el otro, como con el resto?
Y entonces vino la gota que colmó el vaso. Le acusó de manchar la imagen de su difunto amigo. Aquella acusación le dolió mucho más de lo que hubiese sido capaz de reconocer. Le dolió porque en parte era mentira. Le dolió porque en parte era verdad…
—Que te jodan —masculló, cuando Akame se dio la vuelta—. ¡Que te jodan! —exclamó, incapaz de contenerse—. Vengo aquí —se dio una sonora palmada en el pecho—, a pecho descubierto, dispuesto a aceptar mi culpa. ¿Difamé a una compañera? Lo acepto. ¿Te difamé a ti? Es cierto. ¿Manché la imagen de la Villa? Lo dudo. Tú y yo tenemos dos conceptos distintos de la Aldea, pero estoy dispuesto también a aceptar parte de eso. ¿Usé el nombre de tu amigo cuando no debería haberlo hecho? También, y tengo que cargar con eso. Ahora —le señaló al pecho con un dedo, y las pulseras que llevaba anudadas en su muñeca derecha se tambalearon por el temblor que había invadido todo su cuerpo—, ¿manchar la imagen de Haskoz? ¡Ni de puta coña! —Datsue tenía la cara roja y le salían gotas de saliva por la boca al chillar—. ¿En qué modo lo hice, ¡eh!? ¿¡Qué dije mal de él!? ¡Nada! Así que, te lo digo: ya me lo habías dicho una vez, ni se te ocurra volver a decírmelo una tercera. No me cargues con tus putas culpas, porque entonces te diré la verdad. La verdad de lo que realmente te jodió. ¿Quieres oírla? —Datsue se abrió de brazos, con las cejas alzadas, y entonces estalló en una risa amarga—. ¡Pues claro que no quieres! ¡Porque la verdad te destruiría! Y, eh, ¡te entiendo! Yo también me miento a mí mismo a veces. Pero no vuelvas a joderme con esa mierda, tío. No vuelvas a joderme con esa mierda o te abriré los putos ojos.
Pero aquella vez, Akame no atacó con los puños, sino con palabras. Nunca le había visto así. Tan fuera de sí. Tan descontrolado. Sus pullas eran como saetas directas a su pecho, y al contrario que otras veces, lograron penetrar la armadura que había construido, hacía muchos años, a su alrededor. Y aquello le enfureció. ¿Desde cuándo le afectaban a él las palabras? Había hecho de todo, le habían dicho de todo. ¿Por qué con Akame no le entraba por un oído y le salía por el otro, como con el resto?
Y entonces vino la gota que colmó el vaso. Le acusó de manchar la imagen de su difunto amigo. Aquella acusación le dolió mucho más de lo que hubiese sido capaz de reconocer. Le dolió porque en parte era mentira. Le dolió porque en parte era verdad…
—Que te jodan —masculló, cuando Akame se dio la vuelta—. ¡Que te jodan! —exclamó, incapaz de contenerse—. Vengo aquí —se dio una sonora palmada en el pecho—, a pecho descubierto, dispuesto a aceptar mi culpa. ¿Difamé a una compañera? Lo acepto. ¿Te difamé a ti? Es cierto. ¿Manché la imagen de la Villa? Lo dudo. Tú y yo tenemos dos conceptos distintos de la Aldea, pero estoy dispuesto también a aceptar parte de eso. ¿Usé el nombre de tu amigo cuando no debería haberlo hecho? También, y tengo que cargar con eso. Ahora —le señaló al pecho con un dedo, y las pulseras que llevaba anudadas en su muñeca derecha se tambalearon por el temblor que había invadido todo su cuerpo—, ¿manchar la imagen de Haskoz? ¡Ni de puta coña! —Datsue tenía la cara roja y le salían gotas de saliva por la boca al chillar—. ¿En qué modo lo hice, ¡eh!? ¿¡Qué dije mal de él!? ¡Nada! Así que, te lo digo: ya me lo habías dicho una vez, ni se te ocurra volver a decírmelo una tercera. No me cargues con tus putas culpas, porque entonces te diré la verdad. La verdad de lo que realmente te jodió. ¿Quieres oírla? —Datsue se abrió de brazos, con las cejas alzadas, y entonces estalló en una risa amarga—. ¡Pues claro que no quieres! ¡Porque la verdad te destruiría! Y, eh, ¡te entiendo! Yo también me miento a mí mismo a veces. Pero no vuelvas a joderme con esa mierda, tío. No vuelvas a joderme con esa mierda o te abriré los putos ojos.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado