3/10/2017, 19:15
—¿Que qué se yo de ti? Puedo verte, capullo —aseguró, y entonces se clavó un dedo en la sien—. Con estos ojos, puedo ver más allá que la mayoría de tus compañeros han visto en ti.
Entonces retrocedió, y negó con la cabeza. Volvió a negar una segunda vez, esta vez con el dedo de una mano. Akame le pedía saber qué era aquella verdad. Datsue rio nasalmente. De nuevo una risa amarga. Sabía que si seguía adelante, lo perdería para siempre.
—¿La verdad, Akame? ¿La verdad? —la lengua le ardía, como si estuviese empapada en un veneno abrasivo. Tenía que soltarlo:—. La verdad es que me acusas de manchar la imagen de tu amigo, y yo te pregunto: ¿qué imagen? —la voz de Datsue sonaba enrabieta y crispada, así como toda su expresión corporal. Ahora se inclinaba hacia él y abría los brazos, de nuevo, en perpendicular con su torso—. ¿Qué pasó cuando murió, hmm? ¿Qué hizo ese símbolo tuyo, que tanto idolatras, cuando sucedió? —preguntó, señalando la bandana que todavía portaba Akame—. Yo te lo diré: ¡nada! —escupió, y su voz sonó como el rugido de un león—. Y, eh, no digo que le hubiesen levantado un monumento al lado del de Shiona. Pero, ¿acaso se molestaron en hacerle un funeral siquiera? ¿Una misa? ¿Una simple lápida con su nombre en el cementerio, aunque no tuviesen su cuerpo? ¿Se molestaron siquiera en esclarecer cómo murió? ¿Por qué murió? —En aquella ocasión, Datsue no se respondió a sí mismo. No hacía falta.
»¿Y qué hicieron mientras sus buenos amigos? —continuó, repitiendo parte de las palabras de Akame, mientras le señalaba con la mano abierta—. ¿Decidieron juntarse todos para beber por él? ¿Para brindar por él? ¿Para honrar su muerte? No que Chokichi sepa. —Y si algo no sabía Chokichi, eso tenía que ser sin duda porque en realidad no había sucedido—. Y luego ves que llego yo, un tipo con el que se cruzaría no más de dos veces. Y le pone en primera plana de una revista —dijo, mientras estampaba el dorso de una mano en la palma de la otra en repetidas ocasiones, sonando como bofetadas—. Y le recuerda a la gente que un tipo de cabellos blancos existió. ¡Que vivió! ¡Que tuvo amigos! ¡Que se enamoró! ¡Que murió! Y es entonces cuando te das cuenta de una verdad que no puedes aceptar. Que yo —se clavó el dedo pulgar en el pecho—, sin siquiera conocerle, hice más que tú por mantener viva esa memoria de la que tanto hablas. Porque, ¿qué hiciste tú, Akame? Ya que dices que no sé nada, ¡cuéntamelo! ¿¡Qué cojones hiciste tú aparte de cambiar de tema cada vez ibas a mencionar su nombre!?
Datsue se arrepintió, nada más terminar de soltar todo el veneno por la boca, de haberlo hecho. Había cosas que pensaba de verdad. Otras que no tanto... y que tan solo había dicho para herir, ahogado por una ira que hacía mucho tiempo no sentía. Abrió la boca para pedir perdón. Pero su voz se había extinguido. Simplemente, no le salía nada.
Entonces retrocedió, y negó con la cabeza. Volvió a negar una segunda vez, esta vez con el dedo de una mano. Akame le pedía saber qué era aquella verdad. Datsue rio nasalmente. De nuevo una risa amarga. Sabía que si seguía adelante, lo perdería para siempre.
—¿La verdad, Akame? ¿La verdad? —la lengua le ardía, como si estuviese empapada en un veneno abrasivo. Tenía que soltarlo:—. La verdad es que me acusas de manchar la imagen de tu amigo, y yo te pregunto: ¿qué imagen? —la voz de Datsue sonaba enrabieta y crispada, así como toda su expresión corporal. Ahora se inclinaba hacia él y abría los brazos, de nuevo, en perpendicular con su torso—. ¿Qué pasó cuando murió, hmm? ¿Qué hizo ese símbolo tuyo, que tanto idolatras, cuando sucedió? —preguntó, señalando la bandana que todavía portaba Akame—. Yo te lo diré: ¡nada! —escupió, y su voz sonó como el rugido de un león—. Y, eh, no digo que le hubiesen levantado un monumento al lado del de Shiona. Pero, ¿acaso se molestaron en hacerle un funeral siquiera? ¿Una misa? ¿Una simple lápida con su nombre en el cementerio, aunque no tuviesen su cuerpo? ¿Se molestaron siquiera en esclarecer cómo murió? ¿Por qué murió? —En aquella ocasión, Datsue no se respondió a sí mismo. No hacía falta.
»¿Y qué hicieron mientras sus buenos amigos? —continuó, repitiendo parte de las palabras de Akame, mientras le señalaba con la mano abierta—. ¿Decidieron juntarse todos para beber por él? ¿Para brindar por él? ¿Para honrar su muerte? No que Chokichi sepa. —Y si algo no sabía Chokichi, eso tenía que ser sin duda porque en realidad no había sucedido—. Y luego ves que llego yo, un tipo con el que se cruzaría no más de dos veces. Y le pone en primera plana de una revista —dijo, mientras estampaba el dorso de una mano en la palma de la otra en repetidas ocasiones, sonando como bofetadas—. Y le recuerda a la gente que un tipo de cabellos blancos existió. ¡Que vivió! ¡Que tuvo amigos! ¡Que se enamoró! ¡Que murió! Y es entonces cuando te das cuenta de una verdad que no puedes aceptar. Que yo —se clavó el dedo pulgar en el pecho—, sin siquiera conocerle, hice más que tú por mantener viva esa memoria de la que tanto hablas. Porque, ¿qué hiciste tú, Akame? Ya que dices que no sé nada, ¡cuéntamelo! ¿¡Qué cojones hiciste tú aparte de cambiar de tema cada vez ibas a mencionar su nombre!?
Datsue se arrepintió, nada más terminar de soltar todo el veneno por la boca, de haberlo hecho. Había cosas que pensaba de verdad. Otras que no tanto... y que tan solo había dicho para herir, ahogado por una ira que hacía mucho tiempo no sentía. Abrió la boca para pedir perdón. Pero su voz se había extinguido. Simplemente, no le salía nada.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado