3/10/2017, 23:39
«Por los pelos…»
Justo cuando estaba a punto de aprisionarle la garganta, dejándole con ello una pequeña sorpresita, Akame se echó hacia atrás, atrapándole la muñeca como haría una trampa para osos. Seguidamente, el mayor de los Uchihas evadió su rodillazo, aprovechando el movimiento para tomarle con ambas manos y, según intuyó su sharingan, lanzarle como si de una catapulta se tratase.
Se dejó hacer. Y lo hizo porque tenía un plan.
No, no había podido dejarle un regalito, pero el regalito que él quería ofrecerle podía hacerlo con cualquier mano. Así que, mientras Akame tiraba él, simplemente aprovechó para tocarle la espalda con la mano libre. Con aquello bastaría.
Su propia espalda dio entonces de bruces contra el suelo, y apretó los dientes, mientras sus manos no perdían tiempo y se entrelazaban en un simple sello: el sello del Carnero. Gracias a los Dioses que su destreza para formarlos era ligeramente más rápida que la de su compañero, porque éste, mientras tanto...
—Fuda…
No pudo decir más. Una serie de ristras negras y hexagonales se extendieron por toda su piel, inmovilizando su cuerpo por completo, justo a tiempo para que las palmas de sus manos no se hubiesen terminado de juntar en el sello de Serpiente, quedando tan solo a un par de milímetros de distancia.
Fue entonces cuando Datsue se dio cuenta del sello explosivo en el brazo.
—Hijo de puta… ¡Ibas a dejarme lisiado! —La realidad de lo que había estado a punto de pasar le golpeó como un mazo en el pecho. Ni siquiera se lo pensó: la rabia lo hizo por él. Se llevó una mano al portaobjetos, mientras se levantaba, y lanzó una esfera de papel a espaldas de Akame. A seis metros de él, concretamente, y a siete y medio de Datsue. Siempre había sido bueno para calcular las distancias. Entonces, formó el mismo sello de Serpiente que había utilizado el Uchiha—. ¿Qué tal si pruebas de tu propia medicina?
No hubo espacio para réplicas. No hubo tiempo para dejarle pensar. Si quería ganar a Uchiha Akame, no podía darle tregua ni ser delicado. Tenía que actuar del mismo modo que él había hecho contra Ayame en la gran Final: sin escrúpulos. Activó el sello, y con ello, la esfera explosiva de clase A que había a las espaldas de su compañero…
Justo cuando estaba a punto de aprisionarle la garganta, dejándole con ello una pequeña sorpresita, Akame se echó hacia atrás, atrapándole la muñeca como haría una trampa para osos. Seguidamente, el mayor de los Uchihas evadió su rodillazo, aprovechando el movimiento para tomarle con ambas manos y, según intuyó su sharingan, lanzarle como si de una catapulta se tratase.
Se dejó hacer. Y lo hizo porque tenía un plan.
No, no había podido dejarle un regalito, pero el regalito que él quería ofrecerle podía hacerlo con cualquier mano. Así que, mientras Akame tiraba él, simplemente aprovechó para tocarle la espalda con la mano libre. Con aquello bastaría.
Su propia espalda dio entonces de bruces contra el suelo, y apretó los dientes, mientras sus manos no perdían tiempo y se entrelazaban en un simple sello: el sello del Carnero. Gracias a los Dioses que su destreza para formarlos era ligeramente más rápida que la de su compañero, porque éste, mientras tanto...
—Fuda…
No pudo decir más. Una serie de ristras negras y hexagonales se extendieron por toda su piel, inmovilizando su cuerpo por completo, justo a tiempo para que las palmas de sus manos no se hubiesen terminado de juntar en el sello de Serpiente, quedando tan solo a un par de milímetros de distancia.
Fue entonces cuando Datsue se dio cuenta del sello explosivo en el brazo.
—Hijo de puta… ¡Ibas a dejarme lisiado! —La realidad de lo que había estado a punto de pasar le golpeó como un mazo en el pecho. Ni siquiera se lo pensó: la rabia lo hizo por él. Se llevó una mano al portaobjetos, mientras se levantaba, y lanzó una esfera de papel a espaldas de Akame. A seis metros de él, concretamente, y a siete y medio de Datsue. Siempre había sido bueno para calcular las distancias. Entonces, formó el mismo sello de Serpiente que había utilizado el Uchiha—. ¿Qué tal si pruebas de tu propia medicina?
No hubo espacio para réplicas. No hubo tiempo para dejarle pensar. Si quería ganar a Uchiha Akame, no podía darle tregua ni ser delicado. Tenía que actuar del mismo modo que él había hecho contra Ayame en la gran Final: sin escrúpulos. Activó el sello, y con ello, la esfera explosiva de clase A que había a las espaldas de su compañero…
¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado