8/10/2017, 19:50
Cuando quiso apartar los ojos, ya era demasiado tarde. La bomba estalló en un fogonazo de luz que le cegó y le hizo caerse de culo.
Por raro que pudiese parecer, todo se volvió muy sencillo a partir de aquel punto. Los distintos movimientos, estrategias o engaños que antes habían estado atosigando su mente desaparecieron de un plumazo, como el polvo arrastrado por el viento. Estaba cegado, en el suelo y con un brazo inútil. ¿Qué podría hacer en esas condiciones, contra el Campeón del Torneo? Tampoco hacía falta ser muy inteligente para saber que, después de una bomba de luz, automáticamente le seguía un ataque letal. Un poderoso ninjutsu. Un simple kunai al punto adecuado. Decenas de senbons a discreción. Fuese lo que fuese, estaba perdido. ¿Para qué preocuparse entonces?
«¡Levántate, cagón!»
Una voz rugió en su interior con la cólera de un huracán y la tenacidad de las raíces del Árbol Sagrado, que con perseverancia y constancia quebraban hasta las mismísimas rocas. Una voz que creía olvidada, pero que el solo mero hecho de oírla, le insufló ánimos como nada ni nadie podría haberlo hecho.
Apretó los dientes, y formó el sello del Carnero con la mano buena…
…Oyó una exclamación. Alguien tratando de invocar a Susano’o. Pero Datsue solo había conocido a un hombre con tal poder, y ese no tenía los ojos rojos, sino blancos...
¡Pluf!
Una mochila recibió la ira de Akame. Era la misma que había usado él para evadir la explosión. Alguien tendría que decirle, mucho se temía, que debería ir pensando en comprarse una nueva.
Datsue surgió a casi diez metros de su posición, atrás, allí donde había estado la mochila anteriormente, aunque algo más a la izquierda. Visiblemente agotado, se llevó la mano buena al portaobjetos y, tras coger algo, se la llevó a la boca. Acto seguido dejó que su mano rozase su pecho, y Akame pudo distinguir un extraño brillo en sus dedos, al mismo tiempo que su chakra disminuía considerablemente. Luego, el gaznate de Datsue tragó la píldora de soldado básica que tenía en la boca, y su sistema circulatorio de chakra, como un río seco al que se le abre el embalse que le drena, vio reestablecido parte de éste, volviendo a tener una cantidad similar a antes.
—¿Y a eso lo llamas Susano’o? —soltó, con voz entrecortada. Le caía la cabeza hacia adelante, y apenas era capaz de elevar los ojos para seguir manteniéndole la mirada. Los hombros, caídos; y los brazos colgando a cada lado de su cuerpo. Resollaba con dificultad—. Yo lo sufrí en la segunda ronda del torneo. ¡Lo que has hecho tú es una estafa!
Dígase una cosa de Uchiha Datsue: es un provocador nato. Se le daba bien, y además la táctica de desestabilización le había dado buenos frutos hasta el momento. Por eso, continuó, y empezó a acercarse a él arrastrando los pies.
—Mírate —dijo, con todo el desprecio que pudo imprimir a su voz—. Luchando contra alguien que tiene el brazo lisiado y ni siquiera tienes huevos a acercarte a luchar cuerpo a cuerpo, escudándote con tus sellos a distancia. ¿Y tú te haces llamar Uchiha? ¿Y tú dices haber ganado el torneo? —rio. Una carcajada seca e hiriente. O todo lo hiriente que pudo ser—. Confiesa, mandaste a otro en tu lugar para que ganase el torneo por ti, ¿verdad? Hengeado, mientras tú te escondías bajo la cama de la habitación.
Pero tal y como Datsue era un provocador nato, Akame lo era en mantener la calma. Con él no bastarían simples bravatas. Tenía que subir el nivel…
—O no, ¡mejor! Mientras te escondías bajo las faldas de Koko. —El Uchiha ya había recortado la mitad de la distancia que los separaba. Elevó un brazo, el brazo bueno, en una posición defensiva—. Déjame adivinar —esbozó la sonrisa más petulante que su maltratado rostro fue capaz de componer—: ¿también envías a otro para que libre tus batallas en la cama con ella?
Por raro que pudiese parecer, todo se volvió muy sencillo a partir de aquel punto. Los distintos movimientos, estrategias o engaños que antes habían estado atosigando su mente desaparecieron de un plumazo, como el polvo arrastrado por el viento. Estaba cegado, en el suelo y con un brazo inútil. ¿Qué podría hacer en esas condiciones, contra el Campeón del Torneo? Tampoco hacía falta ser muy inteligente para saber que, después de una bomba de luz, automáticamente le seguía un ataque letal. Un poderoso ninjutsu. Un simple kunai al punto adecuado. Decenas de senbons a discreción. Fuese lo que fuese, estaba perdido. ¿Para qué preocuparse entonces?
«¡Levántate, cagón!»
Una voz rugió en su interior con la cólera de un huracán y la tenacidad de las raíces del Árbol Sagrado, que con perseverancia y constancia quebraban hasta las mismísimas rocas. Una voz que creía olvidada, pero que el solo mero hecho de oírla, le insufló ánimos como nada ni nadie podría haberlo hecho.
Apretó los dientes, y formó el sello del Carnero con la mano buena…
…Oyó una exclamación. Alguien tratando de invocar a Susano’o. Pero Datsue solo había conocido a un hombre con tal poder, y ese no tenía los ojos rojos, sino blancos...
¡Pluf!
Una mochila recibió la ira de Akame. Era la misma que había usado él para evadir la explosión. Alguien tendría que decirle, mucho se temía, que debería ir pensando en comprarse una nueva.
Datsue surgió a casi diez metros de su posición, atrás, allí donde había estado la mochila anteriormente, aunque algo más a la izquierda. Visiblemente agotado, se llevó la mano buena al portaobjetos y, tras coger algo, se la llevó a la boca. Acto seguido dejó que su mano rozase su pecho, y Akame pudo distinguir un extraño brillo en sus dedos, al mismo tiempo que su chakra disminuía considerablemente. Luego, el gaznate de Datsue tragó la píldora de soldado básica que tenía en la boca, y su sistema circulatorio de chakra, como un río seco al que se le abre el embalse que le drena, vio reestablecido parte de éste, volviendo a tener una cantidad similar a antes.
—¿Y a eso lo llamas Susano’o? —soltó, con voz entrecortada. Le caía la cabeza hacia adelante, y apenas era capaz de elevar los ojos para seguir manteniéndole la mirada. Los hombros, caídos; y los brazos colgando a cada lado de su cuerpo. Resollaba con dificultad—. Yo lo sufrí en la segunda ronda del torneo. ¡Lo que has hecho tú es una estafa!
Dígase una cosa de Uchiha Datsue: es un provocador nato. Se le daba bien, y además la táctica de desestabilización le había dado buenos frutos hasta el momento. Por eso, continuó, y empezó a acercarse a él arrastrando los pies.
—Mírate —dijo, con todo el desprecio que pudo imprimir a su voz—. Luchando contra alguien que tiene el brazo lisiado y ni siquiera tienes huevos a acercarte a luchar cuerpo a cuerpo, escudándote con tus sellos a distancia. ¿Y tú te haces llamar Uchiha? ¿Y tú dices haber ganado el torneo? —rio. Una carcajada seca e hiriente. O todo lo hiriente que pudo ser—. Confiesa, mandaste a otro en tu lugar para que ganase el torneo por ti, ¿verdad? Hengeado, mientras tú te escondías bajo la cama de la habitación.
Pero tal y como Datsue era un provocador nato, Akame lo era en mantener la calma. Con él no bastarían simples bravatas. Tenía que subir el nivel…
—O no, ¡mejor! Mientras te escondías bajo las faldas de Koko. —El Uchiha ya había recortado la mitad de la distancia que los separaba. Elevó un brazo, el brazo bueno, en una posición defensiva—. Déjame adivinar —esbozó la sonrisa más petulante que su maltratado rostro fue capaz de componer—: ¿también envías a otro para que libre tus batallas en la cama con ella?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado