El retorno de los Uchiha

Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.

El retorno de los Uchiha

Uchiha Datsue Sin conexión

Uzukage

Nivel: 40
Exp: 446 puntos
Dinero: 3805 ryōs

· Fue 70

· Pod 100

· Res 40

· Int 80

· Agu 70

· Car 110

· Agi 70

· Vol 80

· Des 80

· Per 70

#22

8/10/2017, 22:05

Pero muy iluso tenía que ser Datsue para creer que Akame caería en sus provocaciones. No. El Akame que había conocido hacía tan solo unos minutos, cuya coraza podía resquebrajarse si con precisión quirúrgica acertabas en los puntos adecuados, quizá sí lo hubiese hecho. El Akame que había visto días atrás, cuando echo una furia tiró la puerta abajo para presentarse en su habitación, a lo mejor también se hubiese dejado llevar.

Pero el Akame que ahora tenía frente a él ya no era aquél. Ahora sus ojos tenían la frialdad de una tumba. Sus movimientos obedecían a su cerebro, aquella máquina cuyos engranajes buscaban siempre la máxima eficiencia, y no a su corazón. Akame ya no era Akame, sino Akame el Profesional.

Datsue tragó saliva…

Los sellos de Akame formaron un clon. Unos sellos que el Uchiha tuvo a bien copiar y memorizar, aunque en aquel momento no le sirviesen de nada. Luego, su oponente se llevó una mano al portaobjetos. Datsue, como réplica, gastó una pequeñísima cantidad de chakra para liberar el kunai de la palma de su mano. Acto seguido lo tomó con la buena, y logró bloquear el primer shuriken que recibió, mientras su lanzador corría a toda velocidad hacia él, aunque trazando una parábola.

«Seis metros. Cinco... Tiene que estar a punto de ocurrir… Un último esfuerzo»

Bloqueó el segundo. Entonces encaró a Akame, consciente de que el clon se posicionaba estratégicamente a sus espaldas. Como no podía hacer nada por remediarlo, no gastó energías en preocuparse por él. Después de todo, no le sobraban.

—¡Amateratsu, ayúdame! —rugió, mientras bloqueaba el tercero.

Las mismas palabras gritadas contra Daruu. En aquella ocasión, sin embargo, había tenido a bien sellar un Gōkakyū, la técnica insignia del clan Uchiha. Le había parecido poético, a su vez, situarlo no en la palma de la mano, sino en el pecho. Justo donde se encontraba su corazón.

Sí, a Datsue le gustaba ser melodramático.

Una enorme llamarada surgió de pronto, de al menos tres metros de ancho y cinco de largo, en dirección a Akame. A su vez, a tiempo y preciso como los mecanismos de un reloj perfectamente engrasados, algo sucedió. Algo que Akame llevaba pegado a su espalda, cuando el Uchiha, tras abrazarle tras el Sunshin, le había pegado cierto sello explosivo con fecha de caducidad…

¡BOOOOOOOOOOOOOOM!