16/10/2017, 17:58
Akame tuvo que asentir con gravedad, cediendo ante la réplica de su pariente lejano y compadre. Aquella aventura, si se le podía llamar así, que habían vivido no hacía mucho en Yamiria —y que quedó más bien inconclusa, con un misterio sin resolver— era argumento suficiente para ampliar el umbral de creencia de cualquier hijo de vecino.
Luego Eri aportó otro enfoque más racional y sensato.
—Sí, tiene sentido —afirmó Akame—. No me extrañaría que el señor Takeda tuviera algún enemigo aquí —añadió luego, bajando notablemente la voz—. En los pueblos pequeños como este a menudo surgen rencillas y envidias.
Sea como fuere, los muchachos ya habían terminado de cenar y los parroquianos parecían haberles olvidado de momento. Bebían, jugaban a las cartas y de vez en cuando alguno contaba algún chiste verde —o negro—. Akame echó un vistazo a la taberna antes de estirarse y comentar.
—Creo que me voy a dormir. Podemos empezar mañana temprano a investigar este asunto. ¿Nos vemos a las 8 aquí abajo?
Luego Eri aportó otro enfoque más racional y sensato.
—Sí, tiene sentido —afirmó Akame—. No me extrañaría que el señor Takeda tuviera algún enemigo aquí —añadió luego, bajando notablemente la voz—. En los pueblos pequeños como este a menudo surgen rencillas y envidias.
Sea como fuere, los muchachos ya habían terminado de cenar y los parroquianos parecían haberles olvidado de momento. Bebían, jugaban a las cartas y de vez en cuando alguno contaba algún chiste verde —o negro—. Akame echó un vistazo a la taberna antes de estirarse y comentar.
—Creo que me voy a dormir. Podemos empezar mañana temprano a investigar este asunto. ¿Nos vemos a las 8 aquí abajo?