17/10/2017, 21:21
Akame fue el primero en despedirse de sus compañeros e irse a una habitación de las dos asignadas. Eri esperó un poco más, sólamente porque Datsue aún seguía sentado.
—Bueno, vamos a dormir —animó la kunoichi mientras lideraba el camino hacia la otra habitación asignada, la cual compartirían ambos genin.
La verdad es que estaba demasiado cansada como para pensar en mucho más, así que cuando llegaron a la habitación tomó la cama que pilló para dejarse caer, y nada más impactar contra la cama —que no era demasiado cómoda que digamos — comenzó a deshacer el sello donde guardaba su mochila de viaje. Sabía que el día siguiente iba a ser muy largo, así que nada más hubo terminado de desellar su mochila, se quitó su calzado y se tapó hasta el cuello con las mantas que, la verdad, picaban un poco.
—Buenas noches... —murmuró con voz adormilada justamente antes de caer dormida.
—¡Datsue-saaaaaaaaaaan! —exclamaba la chica mientras zarandeaba el bulto que era el Uchiha en su cama —. ¡Datsue-saaaan! ¡Despierta! ¡No nos va a dar tiempo a bajar a desayunar si no te levantas ya!
Eri se encontraba vestida y con el peinado a medio hacer. Una de sus dos coletas todavía se encontraba sin recoger, sin embargo Datsue no era capaz de levantarse y faltaban diez minutos para las ocho y media, ¡al final no lograrían llegar a tiempo!
—¡Datsue! —intentó nuevamente —. ¡Como no te levantes no vuelvo a invitarte a comer en la vida!
—Bueno, vamos a dormir —animó la kunoichi mientras lideraba el camino hacia la otra habitación asignada, la cual compartirían ambos genin.
La verdad es que estaba demasiado cansada como para pensar en mucho más, así que cuando llegaron a la habitación tomó la cama que pilló para dejarse caer, y nada más impactar contra la cama —que no era demasiado cómoda que digamos — comenzó a deshacer el sello donde guardaba su mochila de viaje. Sabía que el día siguiente iba a ser muy largo, así que nada más hubo terminado de desellar su mochila, se quitó su calzado y se tapó hasta el cuello con las mantas que, la verdad, picaban un poco.
—Buenas noches... —murmuró con voz adormilada justamente antes de caer dormida.
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—¡Datsue-saaaaaaaaaaan! —exclamaba la chica mientras zarandeaba el bulto que era el Uchiha en su cama —. ¡Datsue-saaaan! ¡Despierta! ¡No nos va a dar tiempo a bajar a desayunar si no te levantas ya!
Eri se encontraba vestida y con el peinado a medio hacer. Una de sus dos coletas todavía se encontraba sin recoger, sin embargo Datsue no era capaz de levantarse y faltaban diez minutos para las ocho y media, ¡al final no lograrían llegar a tiempo!
—¡Datsue! —intentó nuevamente —. ¡Como no te levantes no vuelvo a invitarte a comer en la vida!