2/11/2017, 21:46
Datsue pareció tomarle afecto en exceso a la yegua que había arrastrado su culo por gran parte de Oonido para comenzar la aventura, olvidando quizás que quizás ésta quedaba atrás cuando se encaminasen en el desierto. Pero bueno, hasta resultaba un consuelo ver que el chico parecía tomar sentimientos con rapidez. Quizás tratar a quienes querían contratarlos como meros peones no era la mejor de las estrategias a seguir para con él.
Al entrar en la posada, el chico se sorprendió gratamente. No comprendía el porqué la chica lo había catalogado como posada, cuando el nivel monetario que rondaba por sus salas realmente era desorbitado. Sin duda, el término posada, quedaba lejos de la realidad.
—Tiene habitaciones para dormir, y también te sirven comida y bebida... es una posada... aunque de lujo... —se explicó, encogiéndose de hombros.
Nada mas entrar, una de las trabajadoras del sitio les hizo un gesto para que se encaminasen en la dirección. Ésta les guió hacia una mesa dentro de un enorme comedor, en el que los camareros no paraban de ir y venir. Al llegar a la mesa, un primer hombre se presentó a ello con el nombre de Buradoku Banadoru, profesor adjunto de la Escuela de Historia de Taikarune. Un titulo que claramente representaba en apariencia, sin lugar a dudas. Y sin demora, éste mismo señor comenzó a presentar a lo que catalogó como el resto de la comitiva. Un total de cuatro señores contando al que los presentaba, y a cada cuál mas pintoresco.
«Vaya... si que he acertado al aceptar la palabra de ese otro tipo para lo de la expedición...»
Datsue no titubeó, y apresuró a presentarse, dando incluso una información que seguramente era innecesaria. Sin embargo, tampoco estaba mal su presentación después de ver la de éstos otros señores. Sin duda, tampoco los dejaría con la boca abierta, era algo complicado con sus rangos.
—Y mi nombres es Watasashi Aiko. —anunció con una reverencia. —La inmortal.
Si, quizás su "rango" si los dejaba con un poco mas de intriga. Tras anunciarse, retomó la compostura, dejando atrás la mas que formal reverencia.
Al entrar en la posada, el chico se sorprendió gratamente. No comprendía el porqué la chica lo había catalogado como posada, cuando el nivel monetario que rondaba por sus salas realmente era desorbitado. Sin duda, el término posada, quedaba lejos de la realidad.
—Tiene habitaciones para dormir, y también te sirven comida y bebida... es una posada... aunque de lujo... —se explicó, encogiéndose de hombros.
Nada mas entrar, una de las trabajadoras del sitio les hizo un gesto para que se encaminasen en la dirección. Ésta les guió hacia una mesa dentro de un enorme comedor, en el que los camareros no paraban de ir y venir. Al llegar a la mesa, un primer hombre se presentó a ello con el nombre de Buradoku Banadoru, profesor adjunto de la Escuela de Historia de Taikarune. Un titulo que claramente representaba en apariencia, sin lugar a dudas. Y sin demora, éste mismo señor comenzó a presentar a lo que catalogó como el resto de la comitiva. Un total de cuatro señores contando al que los presentaba, y a cada cuál mas pintoresco.
«Vaya... si que he acertado al aceptar la palabra de ese otro tipo para lo de la expedición...»
Datsue no titubeó, y apresuró a presentarse, dando incluso una información que seguramente era innecesaria. Sin embargo, tampoco estaba mal su presentación después de ver la de éstos otros señores. Sin duda, tampoco los dejaría con la boca abierta, era algo complicado con sus rangos.
—Y mi nombres es Watasashi Aiko. —anunció con una reverencia. —La inmortal.
Si, quizás su "rango" si los dejaba con un poco mas de intriga. Tras anunciarse, retomó la compostura, dejando atrás la mas que formal reverencia.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)