3/11/2017, 21:47
Después de abandonar la supuesta casa encantada, los tres genin se dispusieron a seguir con su camino para descubrir qué había pasado para que todos los inquilinos de aquella vivienda hubieran salido corriendo prácticamente del lugar. Por ello ahí se encontraban, frente a la puerta de una casa bastante más grande que las demás que se encontraban en aquel pueblo.
La casa de Daidoji Ichigo.
Akame preguntó sobre la opinión de los otros dos integrantes del equipo improvisado que eran. Eri solo se limitó a encogerse de hombros mientras Datsue opinaba que le era extraño aquello. El otro Uchiha se adelantó y dio tres golpes sobre la madera de la puerta, y pronto fueron atendidos por hombre bastante joven, de cabellos oscuros, y Eri no pudo evitar alzar una ceja más de lo normal al admirar el atractivo de aquel hombre.
Rápido intentó evitar pensar de aquella manera pues no era para nada profesional, y volvió a poner toda su atención en la misión.
—¿Puedo ayudarles en algo?
Por suerte ella no tuvo que ser la que hablase primero, hizo una leve reverencia cuando Datsue asintió por los tres y les presentó, aunque hubiera estado mejor no echarles tantos méritos, ni a ella, ni a él, incluso negaría a Akame —aunque seguramente era algo famoso por lo que había ocurrido en el torneo—, sin embargo no era el momento ni el lugar para reprender al chico por sus palabras.
Así que se limitó a mantenerse callada y escuchar atentamente.
La casa de Daidoji Ichigo.
Akame preguntó sobre la opinión de los otros dos integrantes del equipo improvisado que eran. Eri solo se limitó a encogerse de hombros mientras Datsue opinaba que le era extraño aquello. El otro Uchiha se adelantó y dio tres golpes sobre la madera de la puerta, y pronto fueron atendidos por hombre bastante joven, de cabellos oscuros, y Eri no pudo evitar alzar una ceja más de lo normal al admirar el atractivo de aquel hombre.
Rápido intentó evitar pensar de aquella manera pues no era para nada profesional, y volvió a poner toda su atención en la misión.
—¿Puedo ayudarles en algo?
Por suerte ella no tuvo que ser la que hablase primero, hizo una leve reverencia cuando Datsue asintió por los tres y les presentó, aunque hubiera estado mejor no echarles tantos méritos, ni a ella, ni a él, incluso negaría a Akame —aunque seguramente era algo famoso por lo que había ocurrido en el torneo—, sin embargo no era el momento ni el lugar para reprender al chico por sus palabras.
Así que se limitó a mantenerse callada y escuchar atentamente.