6/11/2017, 17:35
—Daidoji Ichigo, alguacil de Ichiban —respondió el hombre y a Eri le pareció que tenía los humos demasiado subidos. Pero no dijo nada, simplemente pasó el peso de una pierna a otra y esperó a que terminase de hablar—. Y bien, Uchiha-san, dime qué misión es esa y qué necesitan unos ninjas de mi persona.
De nuevo se quedó relegada a un segundo plano, no muy segura de qué decir a aquel hombre sin: uno, faltarle al respeto; o dos, no informarle correctamente de lo que venían a hacer unos ninjas a su casa. Por suerte Datsue atacó de nuevo, brillante, como había demostrado más veces.
Cruzó sus brazos en su pecho y esperó por una respuesta, no tenía más que añadir, si es que Datsue se explicaba de maravilla.
Y si no lo hacía bueno, al menos ella lo había entendido.