6/11/2017, 21:01
Por suerte, los ánimos caldeados parecieron rebajarse con la intervención del profesor. O, más bien, cuando éste mencionó al Daimyō. Por muy bravucón que fuese nadie, aquella era una palabra respetada en Oonindo entero.
Así pues, Datsue se permitió respirar de nuevo, mientras trataba de concentrarse en lo que les decía Banadoru. Había escuchado su nombre ya varias veces y empezaba a quedarse con él. «¿Una biblioteca enterrada bajo la arena? Joder, esto le hubiese encantado a mi compadre» Encantado era quedarse corto. Conociéndole como le conocía, estaba seguro que hubiese matado por poder embarcarse en aquella aventura. Incluso a él mismo le atraía la idea de descubrir los secretos de una biblioteca olvidada en el tiempo… Pero no debía olvidarse de su objetivo principal. Echó una breve mirada a Aiko, antes de dirigirse a Banadoru.
—Y… ¿Con qué tipo de contratiempos cuentan tener? ¿Hay algún peligro en especial por el que hayan contratado nuestros servicios? —preguntó, profesional. Meses pegado codo con codo a Akame dejaban secuelas…
«¡La madre que me…! ¡Qué pintaza tiene!» Tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no lanzarse de cabeza hacia su plato. Tranquilo, tomó el tenedor y cuchillo y saboreó el primer bocado de su pedido: el cuscús. Riquísimo. No había otra palabra que lo definiese mejor. De cuando en cuando, lo combinaba con un sorbo al vaso de agua, que inteligentemente le habían traído tras su despiste. Lo cierto era que no hubiese querido otra cosa. Estaba demasiado sediento tras patearse kilómetros de desierto como para pedir cualquier zumo o, peor, vino. Lo que necesitaba era recuperar líquidos, no deshidratarse todavía más.
Así pues, Datsue se permitió respirar de nuevo, mientras trataba de concentrarse en lo que les decía Banadoru. Había escuchado su nombre ya varias veces y empezaba a quedarse con él. «¿Una biblioteca enterrada bajo la arena? Joder, esto le hubiese encantado a mi compadre» Encantado era quedarse corto. Conociéndole como le conocía, estaba seguro que hubiese matado por poder embarcarse en aquella aventura. Incluso a él mismo le atraía la idea de descubrir los secretos de una biblioteca olvidada en el tiempo… Pero no debía olvidarse de su objetivo principal. Echó una breve mirada a Aiko, antes de dirigirse a Banadoru.
—Y… ¿Con qué tipo de contratiempos cuentan tener? ¿Hay algún peligro en especial por el que hayan contratado nuestros servicios? —preguntó, profesional. Meses pegado codo con codo a Akame dejaban secuelas…
«¡La madre que me…! ¡Qué pintaza tiene!» Tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no lanzarse de cabeza hacia su plato. Tranquilo, tomó el tenedor y cuchillo y saboreó el primer bocado de su pedido: el cuscús. Riquísimo. No había otra palabra que lo definiese mejor. De cuando en cuando, lo combinaba con un sorbo al vaso de agua, que inteligentemente le habían traído tras su despiste. Lo cierto era que no hubiese querido otra cosa. Estaba demasiado sediento tras patearse kilómetros de desierto como para pedir cualquier zumo o, peor, vino. Lo que necesitaba era recuperar líquidos, no deshidratarse todavía más.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado