20/11/2017, 23:52
Tras llegar a la recepción, reclamaron la atención de sendos genin para preguntar si habían dormido bien. La respuesta era obvia, la chica estaba radiante. Le echó la vista a Datsue, cuyos ojos brillaron por unos instantes de color carmesí. Ese detalle volvía a serle de curiosidad, y no era para menos... la pelirroja era mas curiosa que un maldito gato venezolano.
¿Por qué un gato venezolano? Porque si, y punto.
En fin, tampoco podía ponerse ahora a preguntar sobre ese brillo rojo en sus orbes tan negros, quizás era mera genética. Esperaría a estar en un sitio y una condición un poco mas cómoda, o simplemente arrasaría a preguntas en cuanto se pusieran en marcha. El camino seguramente era largo, tendría tiempo para ello.
—Si, he dormido muy bien. Se nota que éstas camas son de gran calidad.
Antes de salir, el de bigote verde lanzó una repentina mirada a Aiko, y preguntó a ésta si tenía ya claro el destino al que iban. La chica se encogió de hombros, mientras hacía una mueca de no estar del todo de acuerdo, pero sabiendo que no tenía otra opción.
—Si, si... vamos a la biblioteca esa a buscar libros suuuuuper antiguos e interesantes... —anunció, con cierto desdén.
Tras salir, quedó bastante asombrada del convoy que tenían al frente. Habían un montón de camellos, unos animales que apenas había podido ver hasta el momento, y un par de carruajes. Una gran cantidad de hombres, de herramientas, de monturas, de... de todo.
Sin mas, uno de los tipos se acercó hacia los genin y el profesor adjunto, y preguntó si éstos sabían montar. El mas presto —Datsue— apresuró a informar de que ellos ya tenían monturas, aunque tampoco pasó por alto que esos animales fueran quizás parecidos de montar. De pronto, su mirada quedó perpleja, las monturas que habían traído ya no estaban. El chico rápidamente informó a la pelirroja, que obviamente también había caído en cuenta al ver su reacción.
—Mierda... —se quejó mientras avistaba hacia un lado y hacia otro rápidamente, buscando quizás algún indicio. —La puta madre que los parió... una ya no se puede fiar ni de su sombra... putos ladrones...
Dejó caer un suspiro, no había demasiado que hacer.
—Los camellos no me dan buen rollo... son raros...
Pero, quizás no estaba en posición de quejarse. Después de todo, la otra opción era ir andando, y no se veía tan cómoda...
¿Por qué un gato venezolano? Porque si, y punto.
En fin, tampoco podía ponerse ahora a preguntar sobre ese brillo rojo en sus orbes tan negros, quizás era mera genética. Esperaría a estar en un sitio y una condición un poco mas cómoda, o simplemente arrasaría a preguntas en cuanto se pusieran en marcha. El camino seguramente era largo, tendría tiempo para ello.
—Si, he dormido muy bien. Se nota que éstas camas son de gran calidad.
Antes de salir, el de bigote verde lanzó una repentina mirada a Aiko, y preguntó a ésta si tenía ya claro el destino al que iban. La chica se encogió de hombros, mientras hacía una mueca de no estar del todo de acuerdo, pero sabiendo que no tenía otra opción.
—Si, si... vamos a la biblioteca esa a buscar libros suuuuuper antiguos e interesantes... —anunció, con cierto desdén.
Tras salir, quedó bastante asombrada del convoy que tenían al frente. Habían un montón de camellos, unos animales que apenas había podido ver hasta el momento, y un par de carruajes. Una gran cantidad de hombres, de herramientas, de monturas, de... de todo.
Sin mas, uno de los tipos se acercó hacia los genin y el profesor adjunto, y preguntó si éstos sabían montar. El mas presto —Datsue— apresuró a informar de que ellos ya tenían monturas, aunque tampoco pasó por alto que esos animales fueran quizás parecidos de montar. De pronto, su mirada quedó perpleja, las monturas que habían traído ya no estaban. El chico rápidamente informó a la pelirroja, que obviamente también había caído en cuenta al ver su reacción.
—Mierda... —se quejó mientras avistaba hacia un lado y hacia otro rápidamente, buscando quizás algún indicio. —La puta madre que los parió... una ya no se puede fiar ni de su sombra... putos ladrones...
Dejó caer un suspiro, no había demasiado que hacer.
—Los camellos no me dan buen rollo... son raros...
Pero, quizás no estaba en posición de quejarse. Después de todo, la otra opción era ir andando, y no se veía tan cómoda...
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)