22/11/2017, 20:34
—El caballo que tenía a mano ya tenía otra yegua que le acompañase.
Datsue frunció el ceño, confuso ante la réplica de Aiko. ¿Se estaba refiriendo a él? Porque si era a él, no recordaba haber dicho jamás que estaba comprometido. Era cierto que todavía albergaba esperanzas de que Noemi le perdonase, pero jamás se le ocurriría hablar a Aiko sobre ella. Entonces… «Oh… ¿No será por la historieta de mierda que conté?» Como fuese por eso, juraba colgarse de un árbol hasta la muerte. En serio había tirado un polvo y la oportunidad perfecta para descubrir el secreto de la inmortalidad… ¡¿por una jodida anécdota tan exagerada que cualquier coincidencia con la realidad era pura casualidad!?
«Me cago en mi madre… Voy a dejar las mentiras a partir de ahora», se mintió, Datsue.
—¿En serio? —preguntó, cuando ésta se puso a su altura. Mejor zanjar el posible malentendido cuanto antes—. Yo diría que es libre como el viento, Aiko. Como tú. Por cierto —no pudo evitar añadir—, te queda muy bien el pelo así.
Le guiñó un ojo, y se acercó a Banadoru. Por el camino, otro hombre se lo guiñó a ellos. Datsue dudaba que el resultado fuese el mismo, por mucho que ambos hubiesen hecho idéntica acción. Al Uchiha, al menos, le recorrió un escalofrío por la espina dorsal. Era el mismo hombre que había estado hablando con Jonaro, y que le cruzaba una cicatriz todavía más horrenda que a éste.
No sabía porqué, pero le daba mala espina.
—¿Quién es el hombre de la cicatriz en el ojo? —preguntó, en voz baja, a Banadoru, después de que Muten Rōshi le respondiese que llegarían al anochecer e intercambiar entre ellos unas palabras más. Al parecer, llevaban con aquel proyecto desde hacía mucho tiempo.
Luego, buscó con la mirada a Benimaru, el delegado del Daimyō. Aquel hombre le había reído todas y cada una de sus gracias la noche anterior, y apostaba a que su conversación con él sería mucho más amena que con aquellos dos. Aunque también podría quedarse con Aiko… Después de todo, todavía tenían mucho de lo que hablar.
«Ah, si estuviese Akame aquí… Seguro que me diría que me dejase de tanta charlatanería y estuviese más atento a mi alrededor. Pero es que, joder. ¡Aquí solo hay arena y más arena! Tendría que estar ciego para no ver venir una emboscada...»
Datsue frunció el ceño, confuso ante la réplica de Aiko. ¿Se estaba refiriendo a él? Porque si era a él, no recordaba haber dicho jamás que estaba comprometido. Era cierto que todavía albergaba esperanzas de que Noemi le perdonase, pero jamás se le ocurriría hablar a Aiko sobre ella. Entonces… «Oh… ¿No será por la historieta de mierda que conté?» Como fuese por eso, juraba colgarse de un árbol hasta la muerte. En serio había tirado un polvo y la oportunidad perfecta para descubrir el secreto de la inmortalidad… ¡¿por una jodida anécdota tan exagerada que cualquier coincidencia con la realidad era pura casualidad!?
«Me cago en mi madre… Voy a dejar las mentiras a partir de ahora», se mintió, Datsue.
—¿En serio? —preguntó, cuando ésta se puso a su altura. Mejor zanjar el posible malentendido cuanto antes—. Yo diría que es libre como el viento, Aiko. Como tú. Por cierto —no pudo evitar añadir—, te queda muy bien el pelo así.
Le guiñó un ojo, y se acercó a Banadoru. Por el camino, otro hombre se lo guiñó a ellos. Datsue dudaba que el resultado fuese el mismo, por mucho que ambos hubiesen hecho idéntica acción. Al Uchiha, al menos, le recorrió un escalofrío por la espina dorsal. Era el mismo hombre que había estado hablando con Jonaro, y que le cruzaba una cicatriz todavía más horrenda que a éste.
No sabía porqué, pero le daba mala espina.
—¿Quién es el hombre de la cicatriz en el ojo? —preguntó, en voz baja, a Banadoru, después de que Muten Rōshi le respondiese que llegarían al anochecer e intercambiar entre ellos unas palabras más. Al parecer, llevaban con aquel proyecto desde hacía mucho tiempo.
Luego, buscó con la mirada a Benimaru, el delegado del Daimyō. Aquel hombre le había reído todas y cada una de sus gracias la noche anterior, y apostaba a que su conversación con él sería mucho más amena que con aquellos dos. Aunque también podría quedarse con Aiko… Después de todo, todavía tenían mucho de lo que hablar.
«Ah, si estuviese Akame aquí… Seguro que me diría que me dejase de tanta charlatanería y estuviese más atento a mi alrededor. Pero es que, joder. ¡Aquí solo hay arena y más arena! Tendría que estar ciego para no ver venir una emboscada...»
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado