26/11/2017, 20:41
Akame soltó una carcajada seca ante la primera queja de Datsue. Probablemente el par de Uchiha tuvieran suficiente poder entre ambos para darle una paliza a una docena de guardias del Daimyō, pero para poder entrar en el Molino Rojo, debían "hengearse" y parecer mayores de edad. «Buena ironía, sí...»
—Tú lo has dicho —terció, asintiendo.
Luego se aproximaron a la larga fila de personas que esperaban para entrar al local. Según Datsue le había contado, buscaban a su contacto con los "Señores del Hierro"; Akame no tenía ni la más remota idea de quién era, por lo que simplemente se limitó a seguir a Datsue mientras iba oteando el panorama.
Cuando su compañero le advirtió de que la situación podía irse por ciertos derroteros, Akame no pudo contener una carcajada.
—Te dejaré esos interrogatorios a ti, compadre —puso especial énfasis en aquella palabra—. Parece que estás mucho más preparado que yo para semejante trauma mental y físico.
—Tú lo has dicho —terció, asintiendo.
Luego se aproximaron a la larga fila de personas que esperaban para entrar al local. Según Datsue le había contado, buscaban a su contacto con los "Señores del Hierro"; Akame no tenía ni la más remota idea de quién era, por lo que simplemente se limitó a seguir a Datsue mientras iba oteando el panorama.
Cuando su compañero le advirtió de que la situación podía irse por ciertos derroteros, Akame no pudo contener una carcajada.
—Te dejaré esos interrogatorios a ti, compadre —puso especial énfasis en aquella palabra—. Parece que estás mucho más preparado que yo para semejante trauma mental y físico.