4/12/2017, 18:34
Muten Rōshi escudrañaba los rostros de ambos ninjas con una firmeza analítica, probablemente tratando de discernir cómo se habían tomado aquella súbita revelación. Banadoru, junto a él y algo más alejado, mantenía la vista al frente; se encontraba tieso sobre su montura, recto como una estaca y evidentemente nervioso.
Aiko pareció tomárselo mejor, y así lo captaron los astutos ojos del académico. La chica trató de utilizar sus habilidades de papiroflexia para mandar una mariposa a espiar lo que había ocurrido dentro de la tienda... Pero pronto se dió cuenta de que su capacidad de concentración y su habilidad con las riendas no eran suficientes para permitirle controlar a la mariposa y seguir sobre su camello al mismo tiempo.
Sin embargo, Datsue reaccionó de forma muy diferente. Tratando de disimular su nerviosismo, cuestionó los planes del director de la expedición. Éste, que montaba a la par del uzujin, le dedicó una mirada dura y unas palabras aun más firmes.
—Uchiha-san, entiendo su frustración. Soy un académico reputado en todo Oonindo y tampoco es de mi agrado este proceder, pero usted mismo se hace una idea de las pocas alternativas que he tenido —aquella era la primera vez que los muchachos veían a Muten Rōshi alzar la voz más de lo debido—. He dedicado media vida a este proyecto, a la historia. Los hallazgos que haremos en esta expedición podrían sacudir los mismos cimientos de nuestro pasado, lejano y reciente.
»No permitiré que la estrechez de miras y el autoritarismo de hombres que ignoran el peso de su propia historia echen por tierra esta oportunidad única.
Aiko pareció tomárselo mejor, y así lo captaron los astutos ojos del académico. La chica trató de utilizar sus habilidades de papiroflexia para mandar una mariposa a espiar lo que había ocurrido dentro de la tienda... Pero pronto se dió cuenta de que su capacidad de concentración y su habilidad con las riendas no eran suficientes para permitirle controlar a la mariposa y seguir sobre su camello al mismo tiempo.
Sin embargo, Datsue reaccionó de forma muy diferente. Tratando de disimular su nerviosismo, cuestionó los planes del director de la expedición. Éste, que montaba a la par del uzujin, le dedicó una mirada dura y unas palabras aun más firmes.
—Uchiha-san, entiendo su frustración. Soy un académico reputado en todo Oonindo y tampoco es de mi agrado este proceder, pero usted mismo se hace una idea de las pocas alternativas que he tenido —aquella era la primera vez que los muchachos veían a Muten Rōshi alzar la voz más de lo debido—. He dedicado media vida a este proyecto, a la historia. Los hallazgos que haremos en esta expedición podrían sacudir los mismos cimientos de nuestro pasado, lejano y reciente.
»No permitiré que la estrechez de miras y el autoritarismo de hombres que ignoran el peso de su propia historia echen por tierra esta oportunidad única.