4/12/2017, 21:51
Muten Rōshi no parecía compartir las preocupaciones del Uchiha. Lo que a Datsue le inquietaba, al director de la expedición le frustraba. Mientras uno temía la postura del Daimyō, el otro lo criticaba con desdén. Mas las palabras de aquel hombre estaban lejos de convencerle. Quizá lo hubiesen hecho con su Hermano, siempre tan curioso con la historia y lo antiguo. Pero pese a que Datsue también se interesaba por esos temas, tenía su propio pellejo en más alta estima.
«Ahora comprendo que paguen también». Cuando le habían dicho la extraordinaria cifra de tres mil ryōs, lo mismo que por una misión de rango A, solo había pensado en las muchas cosas en las que podría gastar el dinero. Ahora, veía, tendría que superar muchos obstáculos para conseguirlo. Quizá algunos demasiado altos para que un genin como él los pudiese saltar.
—Vamos, Datsue... no te lo tomes tan a lo dramático...
Sin darse cuenta, la kunoichi se había deshecho en mariposas de papel para volar a su espalda, teniendo que pegarse él para caber entre las dos jorobas del camello. «¿Dramático yo? Maldita sea, ¿por qué crees que no paras de perder la memoria?», quiso decirle. Mas la kunoichi continuó, argumentando que era la oportunidad perfecta para visitar las pirámides. Era cierto, y que fuese cierto no hacía otra cosa que preocuparle todavía más, pues su objetivo en aquel viaje era bien distinto. Él quería alcanzar la inmortalidad, no la muerte.
Suspiró con pesadez, a la par que la kunoichi agregaba algo más a su oído. Tenía un plan para averiguar qué ocurría en la tienda, debía cubrirla. «De acuerdo… ¡Ay, zorra!» Aiko acababa de morderle la oreja. Menos mal que no podía leer sus pensamientos…
—Venga, vamos... no seas sosainas.
—No soy un sosaina —replicó Datsue—. Solo un tipo honesto, y espero al menos de mis clientes que también lo sean conmigo —dijo, desviando la mirada hacia Muten Rōshi—. Comprendo que a veces una oportunidad única merece acciones… también únicas. Pero aquí ha habido una pérdida de confianza, Muten Rōshi, y eso es negativo para cualquier misión. Quizá si usted, de buena fe, nos diese la mitad de la recompensa al llegar a nuestro destino, habiendo cumplido ya nuestra mitad del trabajo… —tanteó—. Al menos así sabríamos que podemos fiarnos en cuanto al dinero.
»¿Cuánto tiempo piensan trabajar en esa… tumba? —preguntó luego. No creía que hiciesen sus descubrimientos de un día para otro, y eso era malo. Muy malo.
«¿Habrá averiguado algo ya sobre Benimaru?», pensó, sin atreverse a preguntarle a Aiko.
«Ahora comprendo que paguen también». Cuando le habían dicho la extraordinaria cifra de tres mil ryōs, lo mismo que por una misión de rango A, solo había pensado en las muchas cosas en las que podría gastar el dinero. Ahora, veía, tendría que superar muchos obstáculos para conseguirlo. Quizá algunos demasiado altos para que un genin como él los pudiese saltar.
—Vamos, Datsue... no te lo tomes tan a lo dramático...
Sin darse cuenta, la kunoichi se había deshecho en mariposas de papel para volar a su espalda, teniendo que pegarse él para caber entre las dos jorobas del camello. «¿Dramático yo? Maldita sea, ¿por qué crees que no paras de perder la memoria?», quiso decirle. Mas la kunoichi continuó, argumentando que era la oportunidad perfecta para visitar las pirámides. Era cierto, y que fuese cierto no hacía otra cosa que preocuparle todavía más, pues su objetivo en aquel viaje era bien distinto. Él quería alcanzar la inmortalidad, no la muerte.
Suspiró con pesadez, a la par que la kunoichi agregaba algo más a su oído. Tenía un plan para averiguar qué ocurría en la tienda, debía cubrirla. «De acuerdo… ¡Ay, zorra!» Aiko acababa de morderle la oreja. Menos mal que no podía leer sus pensamientos…
—Venga, vamos... no seas sosainas.
—No soy un sosaina —replicó Datsue—. Solo un tipo honesto, y espero al menos de mis clientes que también lo sean conmigo —dijo, desviando la mirada hacia Muten Rōshi—. Comprendo que a veces una oportunidad única merece acciones… también únicas. Pero aquí ha habido una pérdida de confianza, Muten Rōshi, y eso es negativo para cualquier misión. Quizá si usted, de buena fe, nos diese la mitad de la recompensa al llegar a nuestro destino, habiendo cumplido ya nuestra mitad del trabajo… —tanteó—. Al menos así sabríamos que podemos fiarnos en cuanto al dinero.
»¿Cuánto tiempo piensan trabajar en esa… tumba? —preguntó luego. No creía que hiciesen sus descubrimientos de un día para otro, y eso era malo. Muy malo.
«¿Habrá averiguado algo ya sobre Benimaru?», pensó, sin atreverse a preguntarle a Aiko.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado