6/12/2017, 03:55
Seis…
… cientos…
… ryōs. Le sentó como si le hubiesen dado una bofetada. O como si le hubiesen dicho que su querido amigo y compañero Nabi había muerto en misión. No, seguramente aquello último se lo hubiese tomado mejor, porque dentro de su profesión, era algo que se podía esperar. Hasta cierto punto previsible. Pero lo que el camarero pretendía cobrarles…
… debería estar castigado con pena de muerte.
Por desgracia, sus billetes falsos habían desaparecido o estaban a punto de hacerlo. El riesgo de utilizarlos era demasiado grande, y el Uchiha se estaba jugando mucho en aquella misión.
«Agh…» Sintió una punzada en el corazón, mientras sacaba su parte correspondiente y los dejaba en la barra. Ver partir aquellos billetes verdes en manos ajenas era como presenciar a tu novia de toda la vida enrollándose con otro. Era tan doloroso que tuvo que apartar la vista.
—Mírame aquí.
—¿Qué? —farfulló, malhumorado. Akame entonces señaló a una mujer de vestido violeta, asegurando que parecía importante. Una simple visual le indicó que quizá su Hermano estuviese en lo cierto. Con suerte, podrían conseguir algo de ayuda si sabían engatusarla… y Akame opinaba que Datsue siempre había tenido mejor mano con las mujeres—. Los Sakamoto no estarían muy de acuerdo con esa afirmación tuya —comentó, mientras cogía la copa. Ya que habían pagado tal dineral… habría que sacarle provecho, ¿no?
El primer trago no le supo la mitad de mal de lo que se hubiese esperado. Tan solo había bebido una vez alcohol en su vida, una botella barata de sake debido a sufrir mal de amores, mas tenía que reconocer que aquel cóctel sabía mucho mejor. «Después de pagar trescientos ryōs, ¡como para no hacerlo!»
Sin pensárselo —porque si se lo pensaba, se echaría media hora evaluando la mejor frase para romper el hielo—, se aproximó al objetivo. «Morena… Pelo castaño… Parece impaciente, como si estuviese esperando a alguien. Quizá podría atacar por ahí. ¡Ey, lamento la demora, ya ha llegado tu Príncipe Azul! Nah… Quizá si fuese de mi edad serviría, pero… Anda, qué curiosa marca de nacimiento…»
—Ey, oye, perdona… ¿Sabías que tengo uno igual? —improvisó, cuando se puso a su altura, señalando con un dedo el hombro de la muchacha—. No seremos parientes, ¿verdad? —preguntó, esbozando una sonrisa de lo más inocente.
… cientos…
… ryōs. Le sentó como si le hubiesen dado una bofetada. O como si le hubiesen dicho que su querido amigo y compañero Nabi había muerto en misión. No, seguramente aquello último se lo hubiese tomado mejor, porque dentro de su profesión, era algo que se podía esperar. Hasta cierto punto previsible. Pero lo que el camarero pretendía cobrarles…
… debería estar castigado con pena de muerte.
Por desgracia, sus billetes falsos habían desaparecido o estaban a punto de hacerlo. El riesgo de utilizarlos era demasiado grande, y el Uchiha se estaba jugando mucho en aquella misión.
«Agh…» Sintió una punzada en el corazón, mientras sacaba su parte correspondiente y los dejaba en la barra. Ver partir aquellos billetes verdes en manos ajenas era como presenciar a tu novia de toda la vida enrollándose con otro. Era tan doloroso que tuvo que apartar la vista.
—Mírame aquí.
—¿Qué? —farfulló, malhumorado. Akame entonces señaló a una mujer de vestido violeta, asegurando que parecía importante. Una simple visual le indicó que quizá su Hermano estuviese en lo cierto. Con suerte, podrían conseguir algo de ayuda si sabían engatusarla… y Akame opinaba que Datsue siempre había tenido mejor mano con las mujeres—. Los Sakamoto no estarían muy de acuerdo con esa afirmación tuya —comentó, mientras cogía la copa. Ya que habían pagado tal dineral… habría que sacarle provecho, ¿no?
El primer trago no le supo la mitad de mal de lo que se hubiese esperado. Tan solo había bebido una vez alcohol en su vida, una botella barata de sake debido a sufrir mal de amores, mas tenía que reconocer que aquel cóctel sabía mucho mejor. «Después de pagar trescientos ryōs, ¡como para no hacerlo!»
Sin pensárselo —porque si se lo pensaba, se echaría media hora evaluando la mejor frase para romper el hielo—, se aproximó al objetivo. «Morena… Pelo castaño… Parece impaciente, como si estuviese esperando a alguien. Quizá podría atacar por ahí. ¡Ey, lamento la demora, ya ha llegado tu Príncipe Azul! Nah… Quizá si fuese de mi edad serviría, pero… Anda, qué curiosa marca de nacimiento…»
—Ey, oye, perdona… ¿Sabías que tengo uno igual? —improvisó, cuando se puso a su altura, señalando con un dedo el hombro de la muchacha—. No seremos parientes, ¿verdad? —preguntó, esbozando una sonrisa de lo más inocente.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado