10/12/2017, 18:37
—De acuerdo —respondió, tras el beneplácito de sus compañeros—. Akame, desnuda al hombre de cintura para arriba. Y colócalo aquí, en el centro, sentado en el suelo —dijo, señalando la parte central de la habitación—. Eri-chan, aparta las sillas y la mesa, porfa, necesitaré especio. Ah, y un vaso de agua. Lo necesitaré también. —Joder, qué bien le sentaba dar órdenes y no recibirlas. Se encontraba en su salsa, en su terreno. Se lo iba a pasar en grande como le ascendiesen a Chūnin…
Mientras esperaba a que ellos cumpliesen su parte, el Uchiha se quitó la pesada capa de viaje, dejándola doblada sobre la cama. Hizo lo mismo con el gorro de lana que portaba.
—De acuerdo, esto llevará un rato… Akame, que no se me mueva o la jodimos —pidió, mientras empezaba a examinar al viejo. Quería saber hasta dónde llegaban esas serpientes, y si había alguna otra marca distinta. Terminada la inspección, se mordió el dedo índice y empezó a dibujar las estudiadas fórmulas alrededor del que —él creía— era un sello maldito, con su propia sangre. Callado y concentrado, confiando en que Akame mantuviese a ralla al viejo, continuó dibujando por su espalda, así como también por su pecho y estómago, hasta llegar al suelo, donde dibujaría, además de fórmulas, dos círculos concéntricos.
Terminada la operación, suspiró. Ahora solo quedaba lo más fácil. Empezó a ejecutar una ristra de sellos que parecía interminable, concentrándose al máximo para no confundirse, para luego exclamar:
—¡Fūja Hōin! —Ah, desde que había aprendido aquel fūinjutsu, había soñado con decirlo. Días más tarde, sus sueños se transformaron en aprender esos mismos sellos malditos que ahora suprimía. Por eso, el día anterior, había pedido a Makoto un libro sobre juinjutsu.
Mientras esperaba a que ellos cumpliesen su parte, el Uchiha se quitó la pesada capa de viaje, dejándola doblada sobre la cama. Hizo lo mismo con el gorro de lana que portaba.
—De acuerdo, esto llevará un rato… Akame, que no se me mueva o la jodimos —pidió, mientras empezaba a examinar al viejo. Quería saber hasta dónde llegaban esas serpientes, y si había alguna otra marca distinta. Terminada la inspección, se mordió el dedo índice y empezó a dibujar las estudiadas fórmulas alrededor del que —él creía— era un sello maldito, con su propia sangre. Callado y concentrado, confiando en que Akame mantuviese a ralla al viejo, continuó dibujando por su espalda, así como también por su pecho y estómago, hasta llegar al suelo, donde dibujaría, además de fórmulas, dos círculos concéntricos.
Terminada la operación, suspiró. Ahora solo quedaba lo más fácil. Empezó a ejecutar una ristra de sellos que parecía interminable, concentrándose al máximo para no confundirse, para luego exclamar:
—¡Fūja Hōin! —Ah, desde que había aprendido aquel fūinjutsu, había soñado con decirlo. Días más tarde, sus sueños se transformaron en aprender esos mismos sellos malditos que ahora suprimía. Por eso, el día anterior, había pedido a Makoto un libro sobre juinjutsu.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado