13/12/2017, 19:17
«Oh, no puede ser… ¿Tan temprano?». Se revolvió en el saco de dormir, somnoliento. Pese que aquella era la primera noche de muchas que podía dormir al completo, todavía tenía mucho sueño atrasado. Todo lo completo, eso sí, que se podía compartiendo cuerpo con el Shukaku, cuyas pesadillas le despertaban cada dos por tres. Un día iba a matarle, lo juraba, y se quedaría más a gusto que cuando calcinó a Zoku.
Tras dar un par de vueltas más bajo el saco, refunfuñar, soltar algún improperio sobre la madre de Muten Rōshi, y refunfuñar otra vez, el Uchiha terminó por levantarse. Lo primero: cambiarse de ropa interior, que tras dos días de viaje ya apestaban. Su cuerpo empezaba a pedirle también un baño, pero tendría que aguantarse. Luego, lo metió todo en la mochila, saco incluido, y volvió a sellárselo en el hombro derecho. Datsue daba gracias a los Dioses, aquellos días más que nunca, por haber elegido la rama del fūinjutsu. Ir cargado todo el viaje con bolsas y mochilas debía de ser todo un suplicio.
Se estiró cuánto pudo, relajando los músculos, y tras suspirar un par de veces salió al exterior.
Su ritmo no tenía nada que ver con el de los demás obreros, quienes corrían de un lado a otro siguiendo las órdenes de Jonaro. Datsue, en cierta manera, tuvo envidia de ellos. Él sería incapaz de empezar a semejante ritmo nada más levantarse.
—Buenos días —dijo al acercarse a Muten Rōshi y Banadoru, cordial. Pese a que seguía teniendo cierto rencor y recelo a Muten Rōshi, de nada servía poner morritos y lanzar puyas innecesarias. Distraído, paseó la mirada por los libros y pergaminos que examinaban. «Estos capullos no habrán desayunado ya…», se horrorizó de pronto. Uchiha Datsue no era persona sin su debido desayuno.
Tras dar un par de vueltas más bajo el saco, refunfuñar, soltar algún improperio sobre la madre de Muten Rōshi, y refunfuñar otra vez, el Uchiha terminó por levantarse. Lo primero: cambiarse de ropa interior, que tras dos días de viaje ya apestaban. Su cuerpo empezaba a pedirle también un baño, pero tendría que aguantarse. Luego, lo metió todo en la mochila, saco incluido, y volvió a sellárselo en el hombro derecho. Datsue daba gracias a los Dioses, aquellos días más que nunca, por haber elegido la rama del fūinjutsu. Ir cargado todo el viaje con bolsas y mochilas debía de ser todo un suplicio.
Se estiró cuánto pudo, relajando los músculos, y tras suspirar un par de veces salió al exterior.
Su ritmo no tenía nada que ver con el de los demás obreros, quienes corrían de un lado a otro siguiendo las órdenes de Jonaro. Datsue, en cierta manera, tuvo envidia de ellos. Él sería incapaz de empezar a semejante ritmo nada más levantarse.
—Buenos días —dijo al acercarse a Muten Rōshi y Banadoru, cordial. Pese a que seguía teniendo cierto rencor y recelo a Muten Rōshi, de nada servía poner morritos y lanzar puyas innecesarias. Distraído, paseó la mirada por los libros y pergaminos que examinaban. «Estos capullos no habrán desayunado ya…», se horrorizó de pronto. Uchiha Datsue no era persona sin su debido desayuno.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado