14/12/2017, 16:23
— Espera, espera. Koko se queda, ¿no? Koko-san, ¿te quedas? Celebrar una fiesta y dejar fuera a la anfitriona no lo apruebo. Uso mi autoridad como señor de honor de la fiesta para invitarte formalmente.
Eri miró primero al que acababa de hablar para luego, posteriormente; mirar a la rubia pecosa que allí se encontraba, dispuesta a salir por la puerta para desaparecer de la estancia. Ella frunció el ceño, ¿pero ella no se quedaría desde un principio con ellos? ¡Era lo más normal! Por ello era su casa...
—Es cierto, Koko-san, ¿no te quedas con nosotros? Será divertido... —incitó la joven, acercándose a ella.
—Bueno, supongo que puedo pedirle a alguien más que se encargue de la cocina —ante aquellas palabras, la joven pelirroja sonrió satisfecha.
Plum, por su parte, hizo gala de su tan conocida actitud en los tiempos de la escuela. Eri apretó los labios al escuchar como defendía a Koko por la supuesta extorsión que le estaba haciendo Datsue a la rubia —el cual tampoco lo desmintió—, Sora se rascó la nuca, sin saber muy bien qué decir ante todo ese embrollo. Él estaría mucho mejor en silencio leyendo un libro sobre las antiguas bestias que estar discutiendo vete tú a saber por qué.
—Soy el único aquí con hambre, ¿o qué?
—No seas impaciente —le regañó la pelirroja, tomando otro asiento y sentándose ella también —. Koko-san, ¿por qué no te sientas comigo? Nunca hemos hablado, puede ser divertido —se ofreció la joven, con una sonrisa dibujada en el rostro.
Eri miró primero al que acababa de hablar para luego, posteriormente; mirar a la rubia pecosa que allí se encontraba, dispuesta a salir por la puerta para desaparecer de la estancia. Ella frunció el ceño, ¿pero ella no se quedaría desde un principio con ellos? ¡Era lo más normal! Por ello era su casa...
—Es cierto, Koko-san, ¿no te quedas con nosotros? Será divertido... —incitó la joven, acercándose a ella.
—Bueno, supongo que puedo pedirle a alguien más que se encargue de la cocina —ante aquellas palabras, la joven pelirroja sonrió satisfecha.
Plum, por su parte, hizo gala de su tan conocida actitud en los tiempos de la escuela. Eri apretó los labios al escuchar como defendía a Koko por la supuesta extorsión que le estaba haciendo Datsue a la rubia —el cual tampoco lo desmintió—, Sora se rascó la nuca, sin saber muy bien qué decir ante todo ese embrollo. Él estaría mucho mejor en silencio leyendo un libro sobre las antiguas bestias que estar discutiendo vete tú a saber por qué.
—Soy el único aquí con hambre, ¿o qué?
—No seas impaciente —le regañó la pelirroja, tomando otro asiento y sentándose ella también —. Koko-san, ¿por qué no te sientas comigo? Nunca hemos hablado, puede ser divertido —se ofreció la joven, con una sonrisa dibujada en el rostro.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)