17/12/2017, 00:28
Siendo que ninguno parecía estar en contra de que ella se quedase, probablemente lo haría, de paso podía asegurarse de mantener un ojo encima del animal al que estaba acariciando para que no se ponga a orinar en cualquier parte que le pareciera adecuada, aquello abarca también los pies de alguien de cualquiera del clan.
Aunque una de las invitadas parecía dispuesta a darle una paliza a Datsue, a saber si realmente era por los supuestos chantajes o en realidad era una excusa para golpearle y… en cualquier caso Koko estaría de acuerdo.
—Si quieres golpearle nadie del clan intervendrá —afirmó con una sonrisa cordial dirigida a la tal Plum.
Confiaba en que el Uchiha entendería que no iba en serio con eso, y en cualquier caso, dentro de aquella mansión podría decirse que estaba prohibido darse de golpes, en los jardines externos es otra historia.
La pelirroja por su parte le ofreció sentarse a su lado, seguro con la intención de integrarla más fácilmente ya que la pecosa tan solo conocía a Datsue.
—Gracias —tan pronto como dijo eso, dejó libre a Stuffy y se dirigió a la mesa, no sin antes intercambiar algunas palabras con los criados.
Tras ello, tomó asiento junto a la tal Eri. Para este momento, Maki dejó algunas bandejas sobre una mesa a un lado de todo y se fue por una de las tantas puertas que daban con ese comedor.
—Me temo Datsue, que como jamás me especificaste que comerían ni bien llegaran habrá que esperar un poco —afirmó tratando de ser amable a la hora de tirarle abajo la idea al Uchiha—. Ah, y si alguno tiene alergia por alguna cosa dígalo, solo para estarnos seguros de que nadie terminará envenenado por error.
Y ese era el motivo por el que Koko no había cocinado nada hasta el momento, solo que lo había olvidado por un instante ya que siempre da gusto contradecir a Uchiha Datsue, aunque sea en asuntos tan triviales.
Aunque una de las invitadas parecía dispuesta a darle una paliza a Datsue, a saber si realmente era por los supuestos chantajes o en realidad era una excusa para golpearle y… en cualquier caso Koko estaría de acuerdo.
—Si quieres golpearle nadie del clan intervendrá —afirmó con una sonrisa cordial dirigida a la tal Plum.
Confiaba en que el Uchiha entendería que no iba en serio con eso, y en cualquier caso, dentro de aquella mansión podría decirse que estaba prohibido darse de golpes, en los jardines externos es otra historia.
La pelirroja por su parte le ofreció sentarse a su lado, seguro con la intención de integrarla más fácilmente ya que la pecosa tan solo conocía a Datsue.
—Gracias —tan pronto como dijo eso, dejó libre a Stuffy y se dirigió a la mesa, no sin antes intercambiar algunas palabras con los criados.
Tras ello, tomó asiento junto a la tal Eri. Para este momento, Maki dejó algunas bandejas sobre una mesa a un lado de todo y se fue por una de las tantas puertas que daban con ese comedor.
—Me temo Datsue, que como jamás me especificaste que comerían ni bien llegaran habrá que esperar un poco —afirmó tratando de ser amable a la hora de tirarle abajo la idea al Uchiha—. Ah, y si alguno tiene alergia por alguna cosa dígalo, solo para estarnos seguros de que nadie terminará envenenado por error.
Y ese era el motivo por el que Koko no había cocinado nada hasta el momento, solo que lo había olvidado por un instante ya que siempre da gusto contradecir a Uchiha Datsue, aunque sea en asuntos tan triviales.