20/12/2017, 22:56
Datsue suspiró, rendido. Definitivamente, aquellos dos se habían aliado en su contra. No dejaban ninguna grieta, ningún punto débil por el que pudiese atacar para librarse de aquella diabólica mansión.
—Te quejas más que un kusareño llamado a filas —dijo Akame, para rematar su negativa.
—Ja. Ja. Ja —rio, con exagerado sarcasmo. Pese a que el chiste no le había hecho ninguna gracia, se lo apuntó mentalmente para usarlo en el futuro. Seguramente, cuando el chiste fuese para reírse de otro y no de él, le resultaría mucho más gracioso—. ¿A quién narices escuchaste decir ese chiste? —preguntó. No se creía que aquella mente tan cuadrada por el profesionalismo la hubiese discurrido por sí misma.
Pero estaba claro que seguir insistiendo en el tema era perder el tiempo. Finalizada la comida, Akame propuso tomarse un pequeño descanso y volver a reunirse allí a las tres.
—Está bien —dijo Datsue, levantándose—. Y acordaos que hay que llevarle un estofado al viejo —agregó, más para Akame que para Eri.
Seguidamente, subió por las escaleras hasta la habitación que compartía con Eri. Tiró la capa de viaje a un lado, el gorro de lana a otro, y las sandalias a una tercera esquina, para luego echarse boca abajo en la cama. Después de semejante madrugón, y con la comida todavía caliente en el estómago, no le costaría demasiado echarse una pequeña siesta…
—Te quejas más que un kusareño llamado a filas —dijo Akame, para rematar su negativa.
—Ja. Ja. Ja —rio, con exagerado sarcasmo. Pese a que el chiste no le había hecho ninguna gracia, se lo apuntó mentalmente para usarlo en el futuro. Seguramente, cuando el chiste fuese para reírse de otro y no de él, le resultaría mucho más gracioso—. ¿A quién narices escuchaste decir ese chiste? —preguntó. No se creía que aquella mente tan cuadrada por el profesionalismo la hubiese discurrido por sí misma.
Pero estaba claro que seguir insistiendo en el tema era perder el tiempo. Finalizada la comida, Akame propuso tomarse un pequeño descanso y volver a reunirse allí a las tres.
—Está bien —dijo Datsue, levantándose—. Y acordaos que hay que llevarle un estofado al viejo —agregó, más para Akame que para Eri.
Seguidamente, subió por las escaleras hasta la habitación que compartía con Eri. Tiró la capa de viaje a un lado, el gorro de lana a otro, y las sandalias a una tercera esquina, para luego echarse boca abajo en la cama. Después de semejante madrugón, y con la comida todavía caliente en el estómago, no le costaría demasiado echarse una pequeña siesta…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado