23/12/2017, 16:40
El uzujin siguió a su improvisado y astuto guía por las calles nocturnas de Tanzaku Gai. En la gran urbe uno podía encontrarse con casi cualquier cosa a aquellas horas, pero el genin no tenía miedo a la mayoría de ellas. Al fin y al cabo, era uno de los Hermanos del Desierto. Había matado a un mismísimo Kage. ¿Qué tenía que temer de una recua de mercenarios ignorantes?
Apartó aquellos pensamientos de su cabeza casi al momento de producirlos. «Subestimar al enemigo es una forma rápida de acabar muerto», se recordó. No, daba igual que su objetivo fuese un jovencito desertor, soldado o lo que quiera. Él pensaba tomarse todo aquello como si estuviese, de nuevo, en mitad de una misión de rango S; y eso incluía carecer de piedad o contemplaciones con el enemigo.
Tras caminar un rato, Shinjaka le indicó que habían llegado a su objetivo. Ambos se detuvieron y Akame echó una visual del entorno. «Las luces están encendidas en las chozas contiguas, lo que significa que cualquier vecino podría enterarse si no somos suficientemente discretos».
—Hagámonos a un lado, Shinjaka-san —pidió el Uchiha mientras buscaba el resguardo de la oscuridad, apartándose del camino principal. Luego sus manos se entrelazaron en un sencillo sello—. Kage Bunshin no Jutsu.
Al instante, una copia idéntica al propio Akame apareció a su lado. «Primero, reconocer el terrano». El Clon de Sombras cruzaría entonces la calle para aproximarse a la cabaña quinientos cuarenta y cinco, siempre atento, siempre vigilante. Luego buscaría examinar la zona aledaña; ¿había alguna ventana más, aparte de aquellas dos? ¿Qué había detrás y en los laterales de la choza? ¿Podía escuchar algún ruido? Toda aquella información le sería de sumo valor.
Apartó aquellos pensamientos de su cabeza casi al momento de producirlos. «Subestimar al enemigo es una forma rápida de acabar muerto», se recordó. No, daba igual que su objetivo fuese un jovencito desertor, soldado o lo que quiera. Él pensaba tomarse todo aquello como si estuviese, de nuevo, en mitad de una misión de rango S; y eso incluía carecer de piedad o contemplaciones con el enemigo.
Tras caminar un rato, Shinjaka le indicó que habían llegado a su objetivo. Ambos se detuvieron y Akame echó una visual del entorno. «Las luces están encendidas en las chozas contiguas, lo que significa que cualquier vecino podría enterarse si no somos suficientemente discretos».
—Hagámonos a un lado, Shinjaka-san —pidió el Uchiha mientras buscaba el resguardo de la oscuridad, apartándose del camino principal. Luego sus manos se entrelazaron en un sencillo sello—. Kage Bunshin no Jutsu.
Al instante, una copia idéntica al propio Akame apareció a su lado. «Primero, reconocer el terrano». El Clon de Sombras cruzaría entonces la calle para aproximarse a la cabaña quinientos cuarenta y cinco, siempre atento, siempre vigilante. Luego buscaría examinar la zona aledaña; ¿había alguna ventana más, aparte de aquellas dos? ¿Qué había detrás y en los laterales de la choza? ¿Podía escuchar algún ruido? Toda aquella información le sería de sumo valor.