30/12/2017, 19:17
Meiharu tenía un plan. Un plan para hacerse con la llave y recuperar su libertad. Datsue era su mayor obstáculo, y, al contrario de lo que solía suceder en cualquier duelo, el Uchiha pensaba dejarse ganar con facilidad. Porque perder, en aquel curioso duelo, significaba ganar.
Sintió el cálido aliento de ella, su suave perfume empalagándole el olfato, su cuerpo contra el suyo… Datsue la envolvió con los brazos y la apretó todavía más contra él. Sus labios se rozaron. El corazón de él latía desbocado, como un potrillo en celo. No podía aguantar más aquel embrujo, aquella tortura. Iba a rendirse, a dejarse llevar. Cerró los ojos, abrió la boca y…
¡Toc, toc, toc!
—Seshu-Ue —espetó, una voz familiar—. vine a ver cómo se encontraba usted.
Tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no echarle la puerta abajo con un Gōkakyū, mostrándole qué tan bien se encontraba. ¡Era ya la tercera vez! Primero, Ayame le había interrumpido su pérdida de virginidad por unas simples cebollas. Luego, un calvo había entrado en su habitación justo cuando estaba a punto de hacerlo con Noemi. ¡Y ahora aquello! ¿Es que se podía tener más mala suerte? «No, espera… Lo del calvo fue un sueño», recordó de pronto. «¡Pero no importa, joder, no importa! ¿Es que me han puesto una maldición o qué?»
—Le prometí dinero a ese cabrón para que me dejase pasar —murmuró, a Meiharu. Chasqueó la lengua, visiblemente fastidiado, y tras tomarle las manos a Meiharu le entregó la llave. Luego, hizo los sellos correspondientes del Henge no Fūinjutsu, transformándose de nuevo en Seshu Sakyū. Metió una mano en la bolsa de dinero que le había dejado Shinjaka y extrajo un fajo. De ese fajo, quitó la mitad de billetes y lo puso en su bolsillo interior, devolviendo el resto a la bolsa. Con aquello debería bastar.
Con cara de pocos amigos, entreabrió la puerta.
—¿Le han comentado alguna vez...? —preguntó con fastidio—, ¿que ha nacido usted con el cuestionable don de la inoportunidad?
Sintió el cálido aliento de ella, su suave perfume empalagándole el olfato, su cuerpo contra el suyo… Datsue la envolvió con los brazos y la apretó todavía más contra él. Sus labios se rozaron. El corazón de él latía desbocado, como un potrillo en celo. No podía aguantar más aquel embrujo, aquella tortura. Iba a rendirse, a dejarse llevar. Cerró los ojos, abrió la boca y…
¡Toc, toc, toc!
—Seshu-Ue —espetó, una voz familiar—. vine a ver cómo se encontraba usted.
Tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no echarle la puerta abajo con un Gōkakyū, mostrándole qué tan bien se encontraba. ¡Era ya la tercera vez! Primero, Ayame le había interrumpido su pérdida de virginidad por unas simples cebollas. Luego, un calvo había entrado en su habitación justo cuando estaba a punto de hacerlo con Noemi. ¡Y ahora aquello! ¿Es que se podía tener más mala suerte? «No, espera… Lo del calvo fue un sueño», recordó de pronto. «¡Pero no importa, joder, no importa! ¿Es que me han puesto una maldición o qué?»
—Le prometí dinero a ese cabrón para que me dejase pasar —murmuró, a Meiharu. Chasqueó la lengua, visiblemente fastidiado, y tras tomarle las manos a Meiharu le entregó la llave. Luego, hizo los sellos correspondientes del Henge no Fūinjutsu, transformándose de nuevo en Seshu Sakyū. Metió una mano en la bolsa de dinero que le había dejado Shinjaka y extrajo un fajo. De ese fajo, quitó la mitad de billetes y lo puso en su bolsillo interior, devolviendo el resto a la bolsa. Con aquello debería bastar.
Con cara de pocos amigos, entreabrió la puerta.
—¿Le han comentado alguna vez...? —preguntó con fastidio—, ¿que ha nacido usted con el cuestionable don de la inoportunidad?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado