9/01/2018, 20:04
Datsue contuvo el aliento, con la piel pálida como un amejin, cuando oyó el característico sonido de un arañazo al otro lado de la ventana.
Habían subido al segundo piso, alarmados por los ruidos mencionados por Eri, pero no habían logrado toparse con el causante. En su lugar, pequeños detalles que les llamaron la atención. Por ejemplo, que en aquel pasillo superior solo hubiese puertas a un lado. ¿Qué pasaba con la otra mitad del piso? ¿Estaba vacío? ¿O es que aquellas escaleras ascendían de tal forma que el pasillo empezaba en un lateral de la vivienda? Con los nervios a flor de piel, no hubiese podido asegurarlo.
Lo segundo extraño fue la primera habitación en la que entraron. Algo no encajaba con el tamaño de los muebles, ni con la posición de la cama. Si no hubiesen escuchado aquellos ruidos, el Uchiha habría examinado con mayor paciencia aquel habitáculo, con la esperanza de encontrar algo revelador. Pero no, claro que no lo hizo, porque cuando entraron a la tercera habitación el goteo que habían estado escuchando se había detenido, siendo sustituido por el de los arañazos.
La voz de Eri le devolvió a la realidad, paralizado como había estado por unos momentos.
—Tranquilizaos, somos ninjas —susurró, un consejo que era más para sí mismo que para ellos—. Akame… Tú eres el que más reflejos tiene… tú primero —le instó, sin moverse del sitio—. Yo te cubro las espaldas. —Seguía sin moverse del sitio.
Habían subido al segundo piso, alarmados por los ruidos mencionados por Eri, pero no habían logrado toparse con el causante. En su lugar, pequeños detalles que les llamaron la atención. Por ejemplo, que en aquel pasillo superior solo hubiese puertas a un lado. ¿Qué pasaba con la otra mitad del piso? ¿Estaba vacío? ¿O es que aquellas escaleras ascendían de tal forma que el pasillo empezaba en un lateral de la vivienda? Con los nervios a flor de piel, no hubiese podido asegurarlo.
Lo segundo extraño fue la primera habitación en la que entraron. Algo no encajaba con el tamaño de los muebles, ni con la posición de la cama. Si no hubiesen escuchado aquellos ruidos, el Uchiha habría examinado con mayor paciencia aquel habitáculo, con la esperanza de encontrar algo revelador. Pero no, claro que no lo hizo, porque cuando entraron a la tercera habitación el goteo que habían estado escuchando se había detenido, siendo sustituido por el de los arañazos.
La voz de Eri le devolvió a la realidad, paralizado como había estado por unos momentos.
—Tranquilizaos, somos ninjas —susurró, un consejo que era más para sí mismo que para ellos—. Akame… Tú eres el que más reflejos tiene… tú primero —le instó, sin moverse del sitio—. Yo te cubro las espaldas. —Seguía sin moverse del sitio.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado