9/01/2018, 23:23
En momentos como aquellos era cuando se convertía en agua, todo el cuerpo del calvo transpiraba sin descanso para tratar de contrarrestar la inmensa cantidad de calor que estaba soportando en el ambiente. Su cara, el reflejo del dolor. Mueca tras mueca callaba sus gritos de dolor por retener a la mujer con las manos, y apenas si pudo mantener una cara de calma al escuchar a su compañero.
Tras las órdenes, Karamaru asintió y fue a buscar las piernas de la mujer, alabando esos pocos segundos en donde no tenía que soportar el contacto con la piel del infierno. Pero algo los retuvo, la muchacha decidió a hablar y lo hizo pidiendo la atención de una persona específica.
«Kei... ¿Keisuke a dónde vas?»
El pelirrojo se había metido nuevamente en la sala donde se encontraba Mogura atendiendo al otro herido. Y entonces, Karamaru se encontró allí solo con una mujer que se acercaba aún más y más a su muerte y no podía soportarlo. Paso un brazo por debajo de su cuello y el otro por debajo de sus rodillas, la levantó y la apoyo en su pecho. Ahora no eran las palmas de sus manos, ahora todo su cuerpo ardía de manera que apenas si podía soportar.
¡SAIGO! ¡SAIGO! ¡SAIGO LA PUTA MADRE NECESITO A SAIGO! ¡SAIGO!
A gritos pelados y con la voz quebrada por el llanto del dolor daba pequeños pasos tambaleantes por el pasillo para que quién sea que fuera a quién estaba buscando lo escuchara. Tenía que salvar a esa mujer.
Tras las órdenes, Karamaru asintió y fue a buscar las piernas de la mujer, alabando esos pocos segundos en donde no tenía que soportar el contacto con la piel del infierno. Pero algo los retuvo, la muchacha decidió a hablar y lo hizo pidiendo la atención de una persona específica.
«Kei... ¿Keisuke a dónde vas?»
El pelirrojo se había metido nuevamente en la sala donde se encontraba Mogura atendiendo al otro herido. Y entonces, Karamaru se encontró allí solo con una mujer que se acercaba aún más y más a su muerte y no podía soportarlo. Paso un brazo por debajo de su cuello y el otro por debajo de sus rodillas, la levantó y la apoyo en su pecho. Ahora no eran las palmas de sus manos, ahora todo su cuerpo ardía de manera que apenas si podía soportar.
¡SAIGO! ¡SAIGO! ¡SAIGO LA PUTA MADRE NECESITO A SAIGO! ¡SAIGO!
A gritos pelados y con la voz quebrada por el llanto del dolor daba pequeños pasos tambaleantes por el pasillo para que quién sea que fuera a quién estaba buscando lo escuchara. Tenía que salvar a esa mujer.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘