10/01/2018, 13:23
(Última modificación: 10/01/2018, 13:32 por Uchiha Datsue.)
—¿Qué coño pasa? —preguntó al salir.
El caos, eso pasaba. Se oía, respiraba y veía el caos por todas partes, mirase a donde uno mirase. Gente corriendo de aquí para allá, gritos inconexos, chillidos… Reinaba la pura anarquía. Aquello fue un choque tan brutal para su cerebro —recién despertado— que sintió un pinchazo de dolor en la cabeza.
Akame le miraba, también confuso, y de pronto se llevó las manos al estómago. «¿Qué…?». Apenas un instante después, la mente embotada del Uchiha siguió los pasos de su Hermano mayor, llegando a la misma teoría: Shukaku.
No obstante, un jōnin de su Villa pronto les sacó de su error. Tampoco podía decirse que les hubiese resuelto muchas dudas, porque a mitad de la explicación una sorpresiva bola de fuego le engulló por completo, arrojando su cadáver calcinado a ambos Uchihas, que cayeron de espaldas contra el suelo.
—¡Ugh…! —se quitó tan rápido de encima a su superior como fue capaz, sin pensar en que, en otras circunstancias, aquello podría considerarse incluso de injurio por las formas poco ortodoxas en las que empujaba su cadáver. No pensaba que a un muerto le fuese importar tales banalidades, y en aquel momento, además, el instinto más fuerte del Uchiha estaba saliendo a relucir: sobrevivir a toda costa.
Su Hermano, que siempre le costaba menos ponerse en mentalidad de guerra —probablemente porque nunca salía de ella—, ya se había puesto en pie, buscando con la mirada al… «¿Renegado?», se sorprendió de pronto, cuando distinguió la bandana rayada en el agresor.
—Muerte a los Hermanos Traidores.
«¿Qué cojones…? ¿Traidor de qué?»
Casi sin pensarlo, saltó en diagonal hacia la izquierda. Buscaba flanquearlo por ese lado, mientras Akame trataba de hacerle caer en un Genjutsu o, de no conseguirlo, flanquearle por el lado contrario. Aquella era la táctica más vieja y usada de los Hermanos del Desierto, y lo seguiría siendo por un buen tiempo, viendo los buenos resultados que siempre les había dado.
«Joder… Esto tiene que ser una pesadilla, tío. ¡Tiene que ser una pesadilla!». Pero, por si acaso no lo era, extrajo un kunai sellado en su palma derecha, mientras comprobaba si su Hermano había podido colar el Saimingan.
El caos, eso pasaba. Se oía, respiraba y veía el caos por todas partes, mirase a donde uno mirase. Gente corriendo de aquí para allá, gritos inconexos, chillidos… Reinaba la pura anarquía. Aquello fue un choque tan brutal para su cerebro —recién despertado— que sintió un pinchazo de dolor en la cabeza.
Akame le miraba, también confuso, y de pronto se llevó las manos al estómago. «¿Qué…?». Apenas un instante después, la mente embotada del Uchiha siguió los pasos de su Hermano mayor, llegando a la misma teoría: Shukaku.
No obstante, un jōnin de su Villa pronto les sacó de su error. Tampoco podía decirse que les hubiese resuelto muchas dudas, porque a mitad de la explicación una sorpresiva bola de fuego le engulló por completo, arrojando su cadáver calcinado a ambos Uchihas, que cayeron de espaldas contra el suelo.
—¡Ugh…! —se quitó tan rápido de encima a su superior como fue capaz, sin pensar en que, en otras circunstancias, aquello podría considerarse incluso de injurio por las formas poco ortodoxas en las que empujaba su cadáver. No pensaba que a un muerto le fuese importar tales banalidades, y en aquel momento, además, el instinto más fuerte del Uchiha estaba saliendo a relucir: sobrevivir a toda costa.
Su Hermano, que siempre le costaba menos ponerse en mentalidad de guerra —probablemente porque nunca salía de ella—, ya se había puesto en pie, buscando con la mirada al… «¿Renegado?», se sorprendió de pronto, cuando distinguió la bandana rayada en el agresor.
—Muerte a los Hermanos Traidores.
«¿Qué cojones…? ¿Traidor de qué?»
Casi sin pensarlo, saltó en diagonal hacia la izquierda. Buscaba flanquearlo por ese lado, mientras Akame trataba de hacerle caer en un Genjutsu o, de no conseguirlo, flanquearle por el lado contrario. Aquella era la táctica más vieja y usada de los Hermanos del Desierto, y lo seguiría siendo por un buen tiempo, viendo los buenos resultados que siempre les había dado.
«Joder… Esto tiene que ser una pesadilla, tío. ¡Tiene que ser una pesadilla!». Pero, por si acaso no lo era, extrajo un kunai sellado en su palma derecha, mientras comprobaba si su Hermano había podido colar el Saimingan.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado