10/01/2018, 15:35
—Duelo de… ¿caballeros? Ah, claro, como por tradición se sienta el patriarca a pie de mesa, ya no podemos hacerlo ninguna de nosotras, ¿eh? ¡Maldito marichulo opresor! ¡Y una mierda te sientas ahí! ¡Ese sitio es para Koko, que para algo es la anfitriona!
— ¡DE CABALLERÍAS! ¡Caballerías es montarse en un caballo y darse de hostias! ¡Pero ¿no te acuerdas de cuando lo hicimos en la academia?! ¡Despues el loco soy yo! ¡Unos cuantos alzan a uno y tienen que intentar hacer caer al otro, joder! ¡Y prefiero a Koko antes que a Datsue! ¡PERO DEJA DE GRITAR!
No es que estuviese enfadado, es que si me gritan pues grito yo más alto, faltaría más. Acompañe mi apasionado discurso sobre el reglamento con aspavientos y señalando al Uchiha, que para exacerbar aún más la situación se acomodó y se puso toh shulo. Casi todo lo que Datsue hacía o decía eran mentiras, algunas buenas otras nefastas, casi todas para su diversión, pero, sin duda, había mejorado desde los tiempos de la academia.
O tal vez fuera que tener un bicho psicópata en su interior lo había retorcido más de lo que yo pensaba, aunque también podía ser que ese bijuu solo constituyera la chispa que le faltaba para encender el fuego de su potencial hijoputesco. Con estos Uchihas nunca se sabe.
—Aquí os espero. ¿Os ponéis a la cola o todos juntos?
Todo parecía perdido cuando Koko interrumpió, preguntando por la comida, todos nos distrajimos por nuestros estómagos, por nuestros instintos más primarios, pero hubo alguien que no. Alguien se sobrepuso a los instintos primarios de ingerir alimentos gracias a otros más apremiantes, como el de expulsar excrementos.
Sabía que no podía simplemente plantarlo ahí en medio, sino Koko se enfadaría, yo me enfadaría, Eri se enfadaría, todo un clan se enfadaría. Debía dejarlo donde no ensuciase nada importante, en una basura por ejemplo, ¿y que mayor basura que la arrogancia y la sed de venganza? Porque salir al patio en busca de un pino donde plantar otro no era una opción.
No sé en qué momento me fije en Stuffy, posicionado estrategicamente en el lado ciego de Datsue, ya que él estaba mirando a Koko. Ni sé por qué asentí levemente cuando nuestras miradas se cruzaron, dándole permiso para abrir fuego. No sabía qué estaba pensando esa bola peluda llena de malas intenciones, tal vez si lo hubiera sabido... hubiera asentido con más convicción e incluso le hubiera preparado una pista de despegue a ese misil aire-tierra.
En ese parentesis temporal en el que vi como alzaba el trasero y apuntaba al cogote del Uchiha, comprendí algo muy importante. Igual Datsue no era el más vengativo de esa sala e igual Stuffy no era tan lelo como parecía. Tal vez sí hubiese entendido que le prometió sexo perruno con una buena perra y después desapareció sin dejar rastro y tras eso no se dignaba ni a disculparse con él. Tal vez ese proyectil no solo llevaba una cantidad ingente de mierda, sino también los sentimientos heridos de un animal a menudo ignorado y maltratado.
Durante ese periodo, pasado obviamente a cámara extremadamente lenta para que yo pudiese hilar todas esas cosas mientras Stuffy preparaba su movimiento, Datsue había estado distraídamente enumerando mil y un platos para comer. Entonces, se abrió fuego.
—. Yyyyyyyyyyyyyy
Su voz sonaba grave y lenta mientras una bola marrón oscuro salía disparada con un sonido tan suave que apenas podría advertir a unas palomas.
—deeeeeeeeeeeeee
Describió una parabola digna del mejor lanzamiento del mejor arquero con su mejor arco usando chakra y todo. Esa belleza no había sido fruto de su habilidad ni de su suerte, esa parabola, que justo haría aterrizar la caca sobre el cogote de Datsue, era hija de todos los sentimientos de Stuffy, propiamente implantados en ese lanzamiento, que hacía que fuera inesquivable. Si no le caía en el cogote, sería en el pecho, o en la cara, o en el brazo, pero estaba marcado.
—pooooooooooostreeeeeeeeeee…
El impacto fue ensordecedor. Tanto, que todo quedó en silencio, seguramente tardarían unos segundos en reaccionar. No sabía si alguien más lo había visto, todo el proceso de ignición, viaje e impacto, pero había sido hermoso. Perfecto. Tal vez el proyectil no era el más digno, ni el más letal, era indiferente, eso no restaba belleza a la ejecución. Antes de que nadie dijese nada, le dediqué unos aplausos a Stuffy mientras una lagrima rebelde de orgullo se escapaba de mi ojo derecho.
— ¡DE CABALLERÍAS! ¡Caballerías es montarse en un caballo y darse de hostias! ¡Pero ¿no te acuerdas de cuando lo hicimos en la academia?! ¡Despues el loco soy yo! ¡Unos cuantos alzan a uno y tienen que intentar hacer caer al otro, joder! ¡Y prefiero a Koko antes que a Datsue! ¡PERO DEJA DE GRITAR!
No es que estuviese enfadado, es que si me gritan pues grito yo más alto, faltaría más. Acompañe mi apasionado discurso sobre el reglamento con aspavientos y señalando al Uchiha, que para exacerbar aún más la situación se acomodó y se puso toh shulo. Casi todo lo que Datsue hacía o decía eran mentiras, algunas buenas otras nefastas, casi todas para su diversión, pero, sin duda, había mejorado desde los tiempos de la academia.
O tal vez fuera que tener un bicho psicópata en su interior lo había retorcido más de lo que yo pensaba, aunque también podía ser que ese bijuu solo constituyera la chispa que le faltaba para encender el fuego de su potencial hijoputesco. Con estos Uchihas nunca se sabe.
—Aquí os espero. ¿Os ponéis a la cola o todos juntos?
Todo parecía perdido cuando Koko interrumpió, preguntando por la comida, todos nos distrajimos por nuestros estómagos, por nuestros instintos más primarios, pero hubo alguien que no. Alguien se sobrepuso a los instintos primarios de ingerir alimentos gracias a otros más apremiantes, como el de expulsar excrementos.
Sabía que no podía simplemente plantarlo ahí en medio, sino Koko se enfadaría, yo me enfadaría, Eri se enfadaría, todo un clan se enfadaría. Debía dejarlo donde no ensuciase nada importante, en una basura por ejemplo, ¿y que mayor basura que la arrogancia y la sed de venganza? Porque salir al patio en busca de un pino donde plantar otro no era una opción.
No sé en qué momento me fije en Stuffy, posicionado estrategicamente en el lado ciego de Datsue, ya que él estaba mirando a Koko. Ni sé por qué asentí levemente cuando nuestras miradas se cruzaron, dándole permiso para abrir fuego. No sabía qué estaba pensando esa bola peluda llena de malas intenciones, tal vez si lo hubiera sabido... hubiera asentido con más convicción e incluso le hubiera preparado una pista de despegue a ese misil aire-tierra.
En ese parentesis temporal en el que vi como alzaba el trasero y apuntaba al cogote del Uchiha, comprendí algo muy importante. Igual Datsue no era el más vengativo de esa sala e igual Stuffy no era tan lelo como parecía. Tal vez sí hubiese entendido que le prometió sexo perruno con una buena perra y después desapareció sin dejar rastro y tras eso no se dignaba ni a disculparse con él. Tal vez ese proyectil no solo llevaba una cantidad ingente de mierda, sino también los sentimientos heridos de un animal a menudo ignorado y maltratado.
Durante ese periodo, pasado obviamente a cámara extremadamente lenta para que yo pudiese hilar todas esas cosas mientras Stuffy preparaba su movimiento, Datsue había estado distraídamente enumerando mil y un platos para comer. Entonces, se abrió fuego.
—. Yyyyyyyyyyyyyy
Su voz sonaba grave y lenta mientras una bola marrón oscuro salía disparada con un sonido tan suave que apenas podría advertir a unas palomas.
—deeeeeeeeeeeeee
Describió una parabola digna del mejor lanzamiento del mejor arquero con su mejor arco usando chakra y todo. Esa belleza no había sido fruto de su habilidad ni de su suerte, esa parabola, que justo haría aterrizar la caca sobre el cogote de Datsue, era hija de todos los sentimientos de Stuffy, propiamente implantados en ese lanzamiento, que hacía que fuera inesquivable. Si no le caía en el cogote, sería en el pecho, o en la cara, o en el brazo, pero estaba marcado.
—pooooooooooostreeeeeeeeeee…
El impacto fue ensordecedor. Tanto, que todo quedó en silencio, seguramente tardarían unos segundos en reaccionar. No sabía si alguien más lo había visto, todo el proceso de ignición, viaje e impacto, pero había sido hermoso. Perfecto. Tal vez el proyectil no era el más digno, ni el más letal, era indiferente, eso no restaba belleza a la ejecución. Antes de que nadie dijese nada, le dediqué unos aplausos a Stuffy mientras una lagrima rebelde de orgullo se escapaba de mi ojo derecho.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)