11/01/2018, 19:52
Con todas las miradas clavadas en Datsue, todos tuvieron tiempo suficiente para reaccionar a su reacción llena de locura y odio mal dirigido. Pues no coge, el puto psicopata, y se gira hacia mi, bomba en mano, para atacarme. No estaba en condiciones de esquivarla con un triple mortal inverso precisamente, aunque podría haberlo hecho si esa vibora no fuera tan rastrera como para atacar en terreno neutral.
Me levanté de golpe, echando la silla hacia atrás con un sonido estridente, y me cubrí la cabeza con un brazo y las partes importantes con el otro. Como había supuesto, la bomba explotó, en una sustancia pegajosa y pesada, pero que no olía a caca.
— Joder, me habías asustado, si esto no es...
Justo cuando iba a descubrirme algo golpeó el dorso de mi mano y parte de ese algo llegó hasta mi pelo. Mi hermoso y desordenado peinado heredado durante siglos en mi familia. Eso sí era una caca.
—¡HIJO DE PERRA! . ¡VOY A MATARTE!
— ¡Controla tu puto temperamento, maldito psicopata!
Si Datsue esperaba encontrar a Stuffy lo llevaba claro, en el momento en que lo perdió de vista éste desapareció. Y parecía tonto el hijo de perra. No estaría lejos, pero con sus sentidos animales y su agilidad, tenía mis dudas de que el Uchiha pudiese pillarlo ni detectarlo sin ser detectado. Como no pusiese a todos los guardias a buscar...
En cualquier caso, el cabrón descontrolado había preferido atacarme a mi, que era el más inocente de esa sala, en vez de ir a por el animal en primera instancia. Por suerte, el Akimichi y Eri lo sujetaron, dándome una diana inmóvil a la que atacar.
La materia fecal ya era solo un poquito más solida que un puré espeso y con tropezones. Así que no me quedaba otra que usarlo como si fuese agua más que como si fuera una piedra. Hice un tajo vertical en el aire con la mano que tenía la mierda deshaciéndose y a punto de empezar a gotear grotescamente, con Eri sujetándolo por un lado y Sora por el otro, además de no estar prestando toda la atención que debería a su archienemigo, es decir, yo, iba a recibir el último clavo del ataúd de su dignidad.
Me levanté de golpe, echando la silla hacia atrás con un sonido estridente, y me cubrí la cabeza con un brazo y las partes importantes con el otro. Como había supuesto, la bomba explotó, en una sustancia pegajosa y pesada, pero que no olía a caca.
— Joder, me habías asustado, si esto no es...
Justo cuando iba a descubrirme algo golpeó el dorso de mi mano y parte de ese algo llegó hasta mi pelo. Mi hermoso y desordenado peinado heredado durante siglos en mi familia. Eso sí era una caca.
—¡HIJO DE PERRA! . ¡VOY A MATARTE!
— ¡Controla tu puto temperamento, maldito psicopata!
Si Datsue esperaba encontrar a Stuffy lo llevaba claro, en el momento en que lo perdió de vista éste desapareció. Y parecía tonto el hijo de perra. No estaría lejos, pero con sus sentidos animales y su agilidad, tenía mis dudas de que el Uchiha pudiese pillarlo ni detectarlo sin ser detectado. Como no pusiese a todos los guardias a buscar...
En cualquier caso, el cabrón descontrolado había preferido atacarme a mi, que era el más inocente de esa sala, en vez de ir a por el animal en primera instancia. Por suerte, el Akimichi y Eri lo sujetaron, dándome una diana inmóvil a la que atacar.
La materia fecal ya era solo un poquito más solida que un puré espeso y con tropezones. Así que no me quedaba otra que usarlo como si fuese agua más que como si fuera una piedra. Hice un tajo vertical en el aire con la mano que tenía la mierda deshaciéndose y a punto de empezar a gotear grotescamente, con Eri sujetándolo por un lado y Sora por el otro, además de no estar prestando toda la atención que debería a su archienemigo, es decir, yo, iba a recibir el último clavo del ataúd de su dignidad.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)