14/01/2018, 03:59
Tuvo que contenerse —y mucho— para no replicar a Nabi tres o cuatro veces, o, directamente, lanzarle más mierda —tanto literal como metafóricamente—. Sin embargo, hasta él sabía reconocer que aquello no sería una buena idea. No con la que parecía ser la madre de familia presente.
Cuando el Inuzuka terminó, Datsue salió del escondrijo que había hallado en la espalda del Akimichi y dio un paso al frente. El tiempo que le había brindado Nabi mientras hablaba le había servido para ordenar sus ideas y la manera de afrontar aquel discurso.
—Yo… Lo siento mucho, Sakamoto-sama —inclinó medio cuerpo, en señal de disculpa absoluta, y se mantuvo así durante unos eternos segundos—. Este chico… Nabi, nada más llegar a la mansión empezó a meterse conmigo. Se carcajeó en mi cara de que él y su perro se habían me… Quiero decir —se corrigió a tiempo—, orinado en mi felpudo. Todo el mundo es testigo —dijo, haciendo un gesto con la mano para señalar a Eri, Koko y el resto—. Luego, en la mesa, estaba diciéndole a Koko-chan mis preferencias sobre la comida cuando su perro, efectivamente, me lanza un excremento a un hombro. Fue demasiado bullying para mí. Simplemente, dije basta. Lo cual no es excusa, por supuesto. Como Eri, reitero mis disculpas y me ofrezco a limpiar hasta la última mota de polvo, o cualquier otro castigo que usted crea conveniente —dijo, inclinando la cabeza en señal de respeto.
Había pensado en soltar alguna lagrimilla, en acusar a Nabi de matón y de recibir siempre burlas y bromas pesadas de él en la Academia, pero, a medida que hablaba, cambió de idea. Intuía que aquella mujer era una superior, por no hablar de que las Sakamoto tenían un sexto sentido para saber siempre cuando mentía o exageraba las cosas. «No, más bien creo que piensan que siempre miento, y como la mayoría de las veces es cierto, tienen un porcentaje de éxito tan alto».
Cuando el Inuzuka terminó, Datsue salió del escondrijo que había hallado en la espalda del Akimichi y dio un paso al frente. El tiempo que le había brindado Nabi mientras hablaba le había servido para ordenar sus ideas y la manera de afrontar aquel discurso.
—Yo… Lo siento mucho, Sakamoto-sama —inclinó medio cuerpo, en señal de disculpa absoluta, y se mantuvo así durante unos eternos segundos—. Este chico… Nabi, nada más llegar a la mansión empezó a meterse conmigo. Se carcajeó en mi cara de que él y su perro se habían me… Quiero decir —se corrigió a tiempo—, orinado en mi felpudo. Todo el mundo es testigo —dijo, haciendo un gesto con la mano para señalar a Eri, Koko y el resto—. Luego, en la mesa, estaba diciéndole a Koko-chan mis preferencias sobre la comida cuando su perro, efectivamente, me lanza un excremento a un hombro. Fue demasiado bullying para mí. Simplemente, dije basta. Lo cual no es excusa, por supuesto. Como Eri, reitero mis disculpas y me ofrezco a limpiar hasta la última mota de polvo, o cualquier otro castigo que usted crea conveniente —dijo, inclinando la cabeza en señal de respeto.
Había pensado en soltar alguna lagrimilla, en acusar a Nabi de matón y de recibir siempre burlas y bromas pesadas de él en la Academia, pero, a medida que hablaba, cambió de idea. Intuía que aquella mujer era una superior, por no hablar de que las Sakamoto tenían un sexto sentido para saber siempre cuando mentía o exageraba las cosas. «No, más bien creo que piensan que siempre miento, y como la mayoría de las veces es cierto, tienen un porcentaje de éxito tan alto».
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado