14/01/2018, 17:14
Datsue suspiró de alivio al oír que su compañero se encontraba bien. No se quería ni imaginar qué harían de sufrir la baja del miembro más frío y profesional del grupo. ¿Continuar con la misión? ¿Cancelarla? Por suerte, no tendría que enfrentarse a tal dilema. No por el momento.
—¡Datsue! ¡¿El somier tenía algo raro?! —preguntó la joven, pensando en el Sharingan del chico —. ¿Podrías ver si los demás objetos están igual?
«¡Ah, claro! ¡Usemos a Datsue de cobaya! Como es intrépido no puede negarse, ¿verdad?», masculló para sus adentros, mientras finalmente cruzaba el umbral de la habitación de los críos. Echó un rápido vistazo, con el Sharingan activado, sin detenerse tampoco demasiado, pues no sospechaba de aquel habitáculo, sino del siguiente.
Terminado su repaso visual, no le quedó más remedio que adentrarse en la otra habitación, la matrimonial. Sus ojos fueron a parar a la cama, cuya posición ya le había parecido extraña nada más entrar. Trató de distinguir el mismo chakra nauseabundo y tóxico en ella, para luego, continuando con su inspección, abrir el armario empotrado con sumo cuidado, de puntillas y preparado para saltar en cualquier momento, no fuese a ser atacado él también por aquel objeto aparentemente inofensivo. Pero que le dijesen a Akame lo inofensivo o no que podía ser.
Mientras inspeccionaba el interior del armario, y de vez en cuando, echaba rápidas ojeadas a la cama por si se le ocurría atacar aprovechando un descuido. «No seré yo quien caiga por una cama, hijaputa».
Terminado aquello, no le quedaría más remedio que inspeccionar más de cerca aquella cama. Tenso, y pensando en realizar el Kawarimi al mínimo movimiento, se agachó cerca de ella, buscando alguna marca o señal en el suelo de que efectivamente aquella cama se hubiese arrastrado en más de una ocasión. También echó un vistazo debajo de la cama, por si encontraba algo de interés.
—¡Datsue! ¡¿El somier tenía algo raro?! —preguntó la joven, pensando en el Sharingan del chico —. ¿Podrías ver si los demás objetos están igual?
«¡Ah, claro! ¡Usemos a Datsue de cobaya! Como es intrépido no puede negarse, ¿verdad?», masculló para sus adentros, mientras finalmente cruzaba el umbral de la habitación de los críos. Echó un rápido vistazo, con el Sharingan activado, sin detenerse tampoco demasiado, pues no sospechaba de aquel habitáculo, sino del siguiente.
Terminado su repaso visual, no le quedó más remedio que adentrarse en la otra habitación, la matrimonial. Sus ojos fueron a parar a la cama, cuya posición ya le había parecido extraña nada más entrar. Trató de distinguir el mismo chakra nauseabundo y tóxico en ella, para luego, continuando con su inspección, abrir el armario empotrado con sumo cuidado, de puntillas y preparado para saltar en cualquier momento, no fuese a ser atacado él también por aquel objeto aparentemente inofensivo. Pero que le dijesen a Akame lo inofensivo o no que podía ser.
Mientras inspeccionaba el interior del armario, y de vez en cuando, echaba rápidas ojeadas a la cama por si se le ocurría atacar aprovechando un descuido. «No seré yo quien caiga por una cama, hijaputa».
Terminado aquello, no le quedaría más remedio que inspeccionar más de cerca aquella cama. Tenso, y pensando en realizar el Kawarimi al mínimo movimiento, se agachó cerca de ella, buscando alguna marca o señal en el suelo de que efectivamente aquella cama se hubiese arrastrado en más de una ocasión. También echó un vistazo debajo de la cama, por si encontraba algo de interés.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado