15/01/2018, 00:33
Eri miró, intranquila, como Akame aseguraba estar bien pese a no estarlo. ¿Aquel chico no tenía límites? ¡Si estaba lleno de cortes, por Shiona-sama! Pero no dijo nada más, asintió y ambos volvieron al interior de la casa. Akame paró en la cocina del lugar a limpiarse la sangre y ella lo esperó en la puerta, vigilando por todos los sitios por si veía algo extraño.
Hasta que escuchó la voz de Datsue desde arriba.
—... ¡Eri, responde inmediatamente! ¡No tiene gracia!
—¡Datsue! —exclamó la pelirroja nada más escuchar la voz de su compañero —. ¡Estamos abajo! —informó con la misma voz, luego miró a Akame —. Voy a comprobar que todo está en orden arriba y a buscar a Datsue mientras te limpias, ¡espéranos!
Sin esperar si quiera a recibir una respuesta del Uchiha, la kunoichi se precipitó por las escaleras hasta reencontrarse con el menor de los Uchiha. Jadeó varias veces por la inesperada carrera y habló.
—Akame-san se está limpiando las heridas, ¿has encontrado algo raro a parte del somier asesino? —preguntó con una voz más baja, mirando a su alrededor de nuevo. Estaba cogiendo esa mala —o no tan mala—, costumbre —Quizás deberíamos buscar abajo, a lo mejor hay una fuente de chakra que alimenta la casa y corrompe los muebles o algo, porque... —suspiró —. Imagino que no habrá método de liberar aquello maligno que tiene el somier, ¿verdad?
Tenía que preguntar, muy a su pesar, ya que ella no recordaba nada para luchar contra aquello.
Hasta que escuchó la voz de Datsue desde arriba.
—... ¡Eri, responde inmediatamente! ¡No tiene gracia!
—¡Datsue! —exclamó la pelirroja nada más escuchar la voz de su compañero —. ¡Estamos abajo! —informó con la misma voz, luego miró a Akame —. Voy a comprobar que todo está en orden arriba y a buscar a Datsue mientras te limpias, ¡espéranos!
Sin esperar si quiera a recibir una respuesta del Uchiha, la kunoichi se precipitó por las escaleras hasta reencontrarse con el menor de los Uchiha. Jadeó varias veces por la inesperada carrera y habló.
—Akame-san se está limpiando las heridas, ¿has encontrado algo raro a parte del somier asesino? —preguntó con una voz más baja, mirando a su alrededor de nuevo. Estaba cogiendo esa mala —o no tan mala—, costumbre —Quizás deberíamos buscar abajo, a lo mejor hay una fuente de chakra que alimenta la casa y corrompe los muebles o algo, porque... —suspiró —. Imagino que no habrá método de liberar aquello maligno que tiene el somier, ¿verdad?
Tenía que preguntar, muy a su pesar, ya que ella no recordaba nada para luchar contra aquello.