17/01/2018, 04:28
¿Tan pronto la había cagado otra vez? ¿Tan de prisa había metido de nuevo la pata? Cuando Etsu fue presentado como el alcalde, sintió que el alma se le caía a los pies. Trató de disimularlo, claro, con una media sonrisa y sin decir nada, porque estaba claro que, en cuanto abriese la boca, la iba a cagar nuevamente.
Estaba pagando el precio de ligar con Meiharu en vez de centrarse en la misión. Su soberbia, su excesiva estima en su improvisación, le estaba pasando factura. Bien era cierto, todo había que decirlo, que Meiharu no le había visto problema a su coartada, pero a la vista estaba de que tenían que haberlo trabajado más.
—Bienvenido, emisario. Suerte en la partida —terminó por decir Etsu. Nada en su tono de voz o gestualidad indicaba que le habían cazado en la mentira, y aun así Datsue intuyó, en su fuero interno, que lo había hecho.
—Gracias, alcalde —terminó por decir, tratando de aparentar normalidad—. Aunque en este juego, nada tiene que ver la suerte, sino la astucia.
Sonrió, como si nada hubiese pasado. Luego, evitó rascarse la nuca y revolverse en la silla, como siempre hacía cuando estaba nervioso. En su lugar, trató de centrarse en la partida. Apenas tuvo que levantar los bordes de las cartas para saber lo que le había tocado. As y diez de diamantes. Eran buenas carta, y el hecho de que fueran diamantes lo hacía todavía mejor. No por ninguna razón lógica, sino porque Datsue, en aquellas cosas, era un tanto supersticioso. El diamante siempre había sido su palo, no por nada tenía uno tatuado en su dedo corazón.
—Igualo —dijo, tirando las fichas como si representasen calderilla y no dos mil ryō. Aquello era el veinte por ciento del dinero que tenía, una cantidad que, si perdía, le dejaría en una posición incómoda por el resto de la partida. Pero había venido a jugar, ¿no?
«En realidad… no». Pero su cagada había estado demasiado reciente como para volver a atreverse a hablar. Esperaría a resolver aquella partida entre él y el alcalde, y luego, preguntaría sobre el último chismorreo del Molino Rojo. Con suerte, tendría algo que ver con su objetivo…
Estaba pagando el precio de ligar con Meiharu en vez de centrarse en la misión. Su soberbia, su excesiva estima en su improvisación, le estaba pasando factura. Bien era cierto, todo había que decirlo, que Meiharu no le había visto problema a su coartada, pero a la vista estaba de que tenían que haberlo trabajado más.
—Bienvenido, emisario. Suerte en la partida —terminó por decir Etsu. Nada en su tono de voz o gestualidad indicaba que le habían cazado en la mentira, y aun así Datsue intuyó, en su fuero interno, que lo había hecho.
—Gracias, alcalde —terminó por decir, tratando de aparentar normalidad—. Aunque en este juego, nada tiene que ver la suerte, sino la astucia.
Sonrió, como si nada hubiese pasado. Luego, evitó rascarse la nuca y revolverse en la silla, como siempre hacía cuando estaba nervioso. En su lugar, trató de centrarse en la partida. Apenas tuvo que levantar los bordes de las cartas para saber lo que le había tocado. As y diez de diamantes. Eran buenas carta, y el hecho de que fueran diamantes lo hacía todavía mejor. No por ninguna razón lógica, sino porque Datsue, en aquellas cosas, era un tanto supersticioso. El diamante siempre había sido su palo, no por nada tenía uno tatuado en su dedo corazón.
—Igualo —dijo, tirando las fichas como si representasen calderilla y no dos mil ryō. Aquello era el veinte por ciento del dinero que tenía, una cantidad que, si perdía, le dejaría en una posición incómoda por el resto de la partida. Pero había venido a jugar, ¿no?
«En realidad… no». Pero su cagada había estado demasiado reciente como para volver a atreverse a hablar. Esperaría a resolver aquella partida entre él y el alcalde, y luego, preguntaría sobre el último chismorreo del Molino Rojo. Con suerte, tendría algo que ver con su objetivo…
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado