18/01/2018, 14:16
(Última modificación: 18/01/2018, 14:18 por Aotsuki Ayame.)
Daruu apareció poco después, con una mochila notablemente más pequeña que la de ella.
—Esto... Ayame, ¿por qué has cogido una mochila tan gran...? —Comenzó a preguntar, pero se detuvo al ver la afilada mirada de Ayame.
O quizás la gélida mirada de advertencia de los ojos de su hermano.
—Bueno, déjalo. Oye, que he tenido una idea mientras cogía las cosas. Si Ayame y yo vamos con uno de mis pájaros de caramelo y Kōri-sensei invoca a uno de sus búhos, probablemente llegaremos antes y en mejor forma. Así tampoco tendremos que parar en Shinogi-To, y en todo caso podremos descansar en Coladragón.
—¿Pájaros de... caramelo...? —preguntó Ayame, ladeando la cabeza ligeramente.
—Tampoco es que sea un experto en... estas cosas, es mi primera misión de rango C, pero... —añadió, desviando la mirada con gesto avergonzado—. Se me ha ocurrido que quizás si tomamos algo en Coladragón podemos hacer alguna averiguación sobre Shiruuba.
Kōri, que se había alejado un poco para ganar espacio, asintió.
—Es una buena idea, Daruu-kun. Está bien que tengáis esas iniciativas.
Se había llevado una mano a la boca, y se mordió el dedo pulgar con un chasquido de sus dientes. La sangre no tardó en correr por su palma, rojo carmesí contra su piel nívea. Bajo la intrigada mirada de Ayame, entrelazó las manos en varios sellos y terminó por apoyar una de ellas en el suelo. Una densa cortina de humo se levantó en cuanto hizo contacto; y detrás de ella, un enorme búho nival se sacudió la lluvia del plumaje.
—¡Haaaaalaaaa! —exclamó la kunoichi. Maravillada, se acercó al enorme animal y le acarició en el pecho. El búho entrecerró momentáneamente los ojos, con un suave ilulato—. ¡Tienes que enseñarme a hacer esto, Kōri!
—"Sensei" —le recordó, y sus ojos destellaron momentáneamente—. Quizás algún día.
»Mientras os esperaba ya he dado aviso a los guardias de nuestra partida, así ahorraremos tiempo. Yo volaré con Yukyō. Vosotros seguidme de cerca.
Ayame, casi a regañadientes, se alejó del búho mientras su hermano montaba sobre su lomo y se volvió hacia Daruu.
—¿Qué es eso de "pájaros de caramelo"?
—Esto... Ayame, ¿por qué has cogido una mochila tan gran...? —Comenzó a preguntar, pero se detuvo al ver la afilada mirada de Ayame.
O quizás la gélida mirada de advertencia de los ojos de su hermano.
—Bueno, déjalo. Oye, que he tenido una idea mientras cogía las cosas. Si Ayame y yo vamos con uno de mis pájaros de caramelo y Kōri-sensei invoca a uno de sus búhos, probablemente llegaremos antes y en mejor forma. Así tampoco tendremos que parar en Shinogi-To, y en todo caso podremos descansar en Coladragón.
—¿Pájaros de... caramelo...? —preguntó Ayame, ladeando la cabeza ligeramente.
—Tampoco es que sea un experto en... estas cosas, es mi primera misión de rango C, pero... —añadió, desviando la mirada con gesto avergonzado—. Se me ha ocurrido que quizás si tomamos algo en Coladragón podemos hacer alguna averiguación sobre Shiruuba.
Kōri, que se había alejado un poco para ganar espacio, asintió.
—Es una buena idea, Daruu-kun. Está bien que tengáis esas iniciativas.
Se había llevado una mano a la boca, y se mordió el dedo pulgar con un chasquido de sus dientes. La sangre no tardó en correr por su palma, rojo carmesí contra su piel nívea. Bajo la intrigada mirada de Ayame, entrelazó las manos en varios sellos y terminó por apoyar una de ellas en el suelo. Una densa cortina de humo se levantó en cuanto hizo contacto; y detrás de ella, un enorme búho nival se sacudió la lluvia del plumaje.
—¡Haaaaalaaaa! —exclamó la kunoichi. Maravillada, se acercó al enorme animal y le acarició en el pecho. El búho entrecerró momentáneamente los ojos, con un suave ilulato—. ¡Tienes que enseñarme a hacer esto, Kōri!
—"Sensei" —le recordó, y sus ojos destellaron momentáneamente—. Quizás algún día.
»Mientras os esperaba ya he dado aviso a los guardias de nuestra partida, así ahorraremos tiempo. Yo volaré con Yukyō. Vosotros seguidme de cerca.
Ayame, casi a regañadientes, se alejó del búho mientras su hermano montaba sobre su lomo y se volvió hacia Daruu.
—¿Qué es eso de "pájaros de caramelo"?