20/01/2018, 23:23
Al entrar en el salón verían varios platos de tortitas repartidos por toda la mesa, con una generosa cantidad de miel. Obviamente había uno para Koko.
Poco despues de que los shinobis entrasen apareció la mujer de la casa con algunos cubiertos que se puso a repartir por la mesa mientras saludaba a los recien llegados.
— ¡Buenos días! Vaya, que ninjas más diligentes que madrugan sin que les tengan que arrastrar fuera de la cama, no como el resto de la casa. Sentaos, chicos, que yo voy a buscar a los "adultos"
Tras depositar todos los cubiertos desapareció por la puerta que llevaba a los dormitorios de la planta baja. No había ni rastro de los borrachos, así que en algún momento de la noche habían conseguido moverse hasta sus aposentos, fuesen los que fuesen.
Ahí estaban Riko y Koko, solos con sus platos que olían divinamente y su compañía mutua.
Poco despues de que los shinobis entrasen apareció la mujer de la casa con algunos cubiertos que se puso a repartir por la mesa mientras saludaba a los recien llegados.
— ¡Buenos días! Vaya, que ninjas más diligentes que madrugan sin que les tengan que arrastrar fuera de la cama, no como el resto de la casa. Sentaos, chicos, que yo voy a buscar a los "adultos"
Tras depositar todos los cubiertos desapareció por la puerta que llevaba a los dormitorios de la planta baja. No había ni rastro de los borrachos, así que en algún momento de la noche habían conseguido moverse hasta sus aposentos, fuesen los que fuesen.
Ahí estaban Riko y Koko, solos con sus platos que olían divinamente y su compañía mutua.