22/01/2018, 18:01
Era la primera vez que Eri veía tal sincronización entre los tres, y la verdad es que por un momento, se halló victoriosa ante aquel ser atroz que amenazaba con mantenerles allí de por vida. El humo y las llamas de las técnicas de los Uchiha la separaban de saber si fue victoria o si la derrota pronto se reuniría con ellos.
Sin embargo, lo que vio a continuación fue lo que causó su sorpresa.
Aquel que se hacía llamar maestro seguía exactamente igual que antes, ni un rasguño había alcanzado su mugrosa y asquerosa piel. Nada, no lo habían ni rozado. Eri escuchó como sus esperanzas se rompían una tras una en su interior y sus ojos, incapaces de creer lo que veían, se quedaron mirando a Yogo-sama sin saber qué pieza mover para poder darle un jaque mate al asunto.
—Ahora seréis torturados por toda la eternidad.
El chakra que hasta el momento ella no fue capaz de ver, revoloteaba sin control alrededor de aquel que antes fue un hombre, y le dieron ganas de vomitar, de chillar y de llorar. ¿Acaso era aquello lo que le deparaba el futuro? «¡Él mismo nos dijo que no era nuestro destino el morir aquí!» Se recordaba mentalmente mientras apretaba sus labios.
Sin embargo poco tiempo les dejó para pensar, pues tres tentáculos de su chakra salieron hacia los tres genin. Eri saltó hacia atrás intentando evadir el golpe, sin apartar la vista del tentáculo que acababa de arremeter contra ella. ¿Cómo había podido sobrevivir tanto tiempo? ¿Qué era lo que le impulsaba a ello? O mejor, ¿qué le permitía vivir?
Sin embargo, lo que vio a continuación fue lo que causó su sorpresa.
Aquel que se hacía llamar maestro seguía exactamente igual que antes, ni un rasguño había alcanzado su mugrosa y asquerosa piel. Nada, no lo habían ni rozado. Eri escuchó como sus esperanzas se rompían una tras una en su interior y sus ojos, incapaces de creer lo que veían, se quedaron mirando a Yogo-sama sin saber qué pieza mover para poder darle un jaque mate al asunto.
—Ahora seréis torturados por toda la eternidad.
El chakra que hasta el momento ella no fue capaz de ver, revoloteaba sin control alrededor de aquel que antes fue un hombre, y le dieron ganas de vomitar, de chillar y de llorar. ¿Acaso era aquello lo que le deparaba el futuro? «¡Él mismo nos dijo que no era nuestro destino el morir aquí!» Se recordaba mentalmente mientras apretaba sus labios.
Sin embargo poco tiempo les dejó para pensar, pues tres tentáculos de su chakra salieron hacia los tres genin. Eri saltó hacia atrás intentando evadir el golpe, sin apartar la vista del tentáculo que acababa de arremeter contra ella. ¿Cómo había podido sobrevivir tanto tiempo? ¿Qué era lo que le impulsaba a ello? O mejor, ¿qué le permitía vivir?